Entomología
La hormiga loca amarilla amenaza un ecosistema isleño, único en el mundo
La hormiga Anoplolepis gracilipes (conocida con nombres populares como "hormiga loca amarilla"), se sitúa entre las 100 peores especies invasoras a escala mundial y es responsable de impactos ecológicos catastróficos en diversas islas. Los autores de un nuevo estudio han examinado y evaluado los efectos y peligros de la introducción de esta hormiga en el ecosistema, único en su tipo en todo el mundo, de un bosque de palmeras en la Reserva Natural del Valle de Mai, un lugar de las Islas Seychelles que está declarado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. El singular ecosistema de dicho bosque acoge a muchas especies endémicas y carismáticas.
Entre los impactos de las hormigas invasoras se pueden incluir efectos directos, como especies locales desplazadas, y efectos indirectos sobre funciones ecológicas clave, como la polinización, la dispersión de semillas, y otros.
Aunque los impactos y la ecología de la hormiga A. gracilipes han sido bien documentados en hábitats degradados en las Seychelles, poco se sabe sobre el potencial invasivo de esta hormiga en ecosistemas de bosques de palmeras endémicas. Praslin, la segunda isla granítica más grande del archipiélago, es el hogar del bosque maduro de palmeras de las Seychelles. Este hábitat representa uno de los últimos ecosistemas isleños de bosques de palmeras en el mundo y alberga a muchas especies que son endémicas de Praslin o de las Seychelles.
Según los resultados del nuevo estudio, llevado a cabo en dicho bosque por el equipo de Christopher Kaiser-Bunbury, de la Universidad Técnica de Darmstadt en Alemania, la hormiga Anoplolepis gracilipes estaba limitada al norte y al este del Valle de Mai, y permaneció casi estacionaria entre abril de 2010 y diciembre de 2012, con brotes de proliferación aislados en el bosque. Por regla general, las áreas infestadas tenían una humedad y temperatura significativamente más altas, y las copas de los árboles a menor altura.
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Las hormigas Anoplolepis gracilipes, abajo a la izquierda, han invadido partes del bosque de palmeras. Los moluscos arborícolas Vaginula seychellensis, Stylodonta studeriana y Pachnodus pralines) y los gecónidos Phelsuma astriata, P. sundbergi, Ailuronyx tachyscopaeus y A. trachygaster han desaparecido o son menos abundantes en áreas donde están presentes las hormigas invasoras, lo que sugiere que están siendo desplazadas por dichas hormigas. (Imágenes: Dennis Hansen (Ailuronyx trachygaster), Christopher Kaiser-Bunbury (Vaginula seychellensis), Barble Koch (Phelsuma astriata), Christopher Kaiser-Bunbury (Stylodonta studeriana), Chris Mason-Parker (Anoplolepis gracilipes), Christopher Kaiser-Bunbury (P. sundbergi, A. tachyscopaeus, y Pachnodus pralines); Centro: Chris Mason-Parker (bosque de palmeras). CC-BY 4.0)
A pesar de tener estas hormigas una distribución limitada, el estudio confirma algunas tendencias preocupantes. En áreas invadidas por la A. gracilipes, la abundancia y diversidad de especies arbóreas endémicas eran inferiores y habían desaparecido los moluscos.
Una vez que una especie invasora se ha establecido en un lugar, a menudo resulta difícil eliminarla o evitar que se propague aún más. En el caso de la A. gracilipes en el Valle de Mai, además de la supervisión continua de la distribución y abundancia de estas hormigas, se requiere de nuevas investigaciones sobre las opciones de control o exclusión y los impactos y la resistencia biótica potencial ante la invasión de dichos insectos.
Atacar a las hormigas invasoras con insecticidas químicos podría poner en riesgo a otras especies, como las hormigas endémicas. Por ello, las conclusiones del estudio aconsejan estimular e investigar más la resistencia de los bosques de palmeras a las hormigas invasoras, creando y manteniendo condiciones que restrinjan las poblaciones de A. gracilipes.






