Entomología
Secuencian el genoma más pequeño conocido en un insecto
Viviendo en afloramientos rocosos de la Península Antártica, el insecto de la especie Belgica antarctica, con aspecto parecido al de un mosquito común pero incapaz de volar, es el único insecto y animal completamente terrestre endémico del continente. Sus larvas se desarrollan durante una etapa que abarca dos inviernos, en las durísimas condiciones ambientales de la Antártida. Soporta vientos fuertes, una alta salinidad, y una radiación ultravioleta intensa. Como adulto, vive solo entre 7 y 10 días, que dedica a aparearse y a la puesta de huevos.
Y, por si este insecto no resultase lo bastante exótico, ahora se ha comprobado que posee el genoma más pequeño conocido en un insecto.
El equipo de Joanna L. Kelley, de la Universidad del Estado de Washington en la ciudad de Pullman, Richard E. Lee, de la Universidad de Miami, David Denlinger, de la Universidad Estatal de Ohio, y Carlos Bustamante, de la Universidad de Stanford en California, todas estas instituciones en Estados Unidos, ha constatado que el genoma de Belgica antarctica tiene solo 99 millones de pares de bases. Comparativamente, el genoma humano tiene 3.200 millones de pares de bases.
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En el ecosistema antártico, el Belgica antarctica come bacterias y algas así como desechos ricos en nitrógeno producidos por pingüinos. No tiene depredadores, y los autores del estudio no han identificado ningún patógeno que pueda poner en peligro su vida.
El insecto tolera una deshidratación extrema, el extremo frío antártico y niveles elevados de radiación ultravioleta. El modo exacto en que consigue todo esto es aún un misterio. Desentrañar detalladamente el mecanismo podría revelar informaciones útiles aplicables, por ejemplo, a nuevos modos de conservar a baja temperatura órganos y tejidos humanos para trasplantes.






