Psicología
Los videojuegos de acción refuerzan las habilidades sensoriomotoras
Unos psicólogos han comprobado que las personas que juegan a videojuegos de acción tales como “Call of Duty” o “Assassin’s Creed” parecen aprender una nueva habilidad sensoriomotora más rápido que quienes no son jugadores.
Una nueva habilidad sensoriomotora, como aprender a ir en bicicleta o escribir a máquina, precisa a menudo de un nuevo patrón de coordinación entre la visión y el movimiento motor. A medida que va dominando tales habilidades, una persona suele pasar del rendimiento típico de un novato, caracterizado por un bajo grado de coordinación, al rendimiento propio de un experto, marcado por un alto grado de coordinación. Como resultado de un aprendizaje sensoriomotor exitoso, se acaban realizando estas tareas de forma eficiente y quizás incluso sin apenas pensar conscientemente sobre las acciones corporales que se efectúan.
El equipo internacional de Davood Gozli y Jay Pratt, de la Universidad de Toronto en Canadá, querían averiguar si jugar a videojuegos de manera habitual tiene un efecto en el control sensoriomotor, en este caso en la función coordinada de la visión y el movimiento de las manos.
Para descubrirlo, pusieron en marcha dos experimentos. En el primero, 18 jugadores (aquellos que jugaron al menos tres veces por semana, durante al menos dos horas cada vez, en los seis meses precedentes, con un videojuego en primera persona en el que hay que disparar contra enemigos) y 18 no jugadores (que habían utilizado poco o nada videojuegos en los pasados dos años) llevaron a cabo una tarea de seguimiento manual. Usando un ratón de ordenador, debían mantener un pequeño cursor cuadrado verde en el centro de un recuadro blanco que se movía siguiendo un patrón muy complicado que se iba repitiendo. Esta tarea u otras similares sirven para medir el control sensoriomotor, porque los sujetos de estudio ven el movimiento del objetivo (el recuadro blanco) e intentan coordinar los movimientos de sus manos con lo que ven.
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Al comenzar a realizar la tarea, el rendimiento de los jugadores no era significativamente mejor que el de los no jugadores. Conforme avanzaba el experimento, todos los participantes se desempeñaban mejor, ya que estaban aprendiendo el patrón complejo de movimiento del objetivo. Sin embargo, y esto es lo llamativo, los jugadores fueron significativamente más precisos en el seguimiento de los movimientos repetitivos que los no jugadores. Los autores del estudio creen que esta mayor eficiencia se debe posiblemente a la habilidad superior de los jugadores para aprender un patrón sensoriomotor nuevo, es decir que su experiencia de jugadores les capacitó para aprender mejor que los no jugadores.



