Biología
Andamio artificial intracorporal para atraer células e incitarlas a proliferar y organizarse del modo deseado
Los órganos procedentes de donantes, o los implantes sintéticos, son habitualmente la única opción de tratamiento para pacientes que han sufrido un daño irreparable en órganos internos o tejido corporal. Pero tales trasplantes son a menudo rechazados por el cuerpo. Ante eso, los implantes basados en células autólogas tienen más probabilidades de ser aceptados por el organismo humano. Pero para poder crecer, estas células precisan de un armazón estructural compatible.
Este marco o soporte puede ser aportado por andamios artificiales especiales en los que se hagan crecer células para luego implantar el tejido resultante en el paciente. Sin embargo, esta metodología afronta diversas limitaciones y problemas. Dando un paso más allá en el campo de los andamios para crecimiento celular, el equipo internacional de la Dra. Svenja Hinderer, del Instituto Fraunhofer para la Ingeniería de Interfases y la Biotecnología (IGB), en Stuttgart, Alemania, está trabajando en un proyecto para desarrollar andamios implantables dentro del cuerpo humano y capaces de atraer células e incitarlas a proliferar y organizarse del modo deseado.
La técnica se basa en el electrohilado, un proceso en el que polímeros sintéticos y biodegradables son hilados para convertirlos en fibras utilizando una carga eléctrica. Estas fibras se utilizan después para crear un tejido tridimensional con las propiedades especiales requeridas.
![[Img #26810]](upload/img/periodico/img_26810.jpg)
El material sirve como sustrato al que se unirán las propias células del paciente, después de haber sido implantado. El electrohilado permite crear un sustrato libre de células en el que éstas pueden crecer una vez haya sido implantado en el cuerpo del paciente. Cada tipo de proteína del andamio atrae células de una clase específica, que se adhieren a los sitios adecuados del andamio y crecen en ellos. Seleccionando la proteína adecuada, es factible generar tejido cardiaco o regenerar otros órganos dañados.
Con el paso del tiempo, el andamio se va degradando, hasta desaparecer tras cuatro años, cuando ya no se le necesita, dejando en su lugar una estructura exclusivamente natural.



