Psicología
El dolor de ser marginado por los demás llega a una región cerebral que también registra el dolor físico
Ser marginado o excluido no deja cicatrices externas, pero puede causar un dolor que a menudo es más profundo y dura más que una herida física, tal como el saber popular indica, y los resultados de un nuevo estudio confirman.
Tal como advierte el psicólogo Kipling D. Williams, de la Universidad Purdue, ser excluido o marginado es un modo disimulado de acoso o bullying, que no deja moratones, y cuyo impacto, por tanto, a menudo se subestima.
El proceso de ser marginado tiene tres etapas: experimentar los actos iniciales de ser ignorado o excluido, esforzarse por ser aceptado, y resignarse a la exclusión.
Ser excluido por compañeros de escuela, del trabajo, o incluso por la propia familia puede resultar muy penoso. Y como el proceso de ser marginado se experimenta en tres etapas, esos sentimientos dolorosos pueden durar mucho tiempo.
Es necesario que los psicólogos y la gente en general sean conscientes de ello para que puedan evitar la depresión u otras experiencias negativas.
Más de 5.000 personas participaron en experimentos en los que se usó un videojuego diseñado por Williams, y en los que se ha demostrado cómo apenas dos o tres minutos experimentando la sensación de ser marginado por los demás pueden producir sentimientos negativos prolongados.![[Img #3062]](upload/img/periodico/img_3062.jpg)
Específicamente, en esta investigación se ha comprobado que cuando una persona es marginada, la corteza cingulada anterior dorsal del cerebro, que registra el dolor físico, también registra este dolor social.

