Zoología
Nuevas evidencias de diversificación cultural entre comunidades vecinas de chimpancés
Desde hace siglos, el género humano ha venido asumiendo que la cultura es un fenómeno netamente humano, y lo que mejor distingue al Ser Humano del resto de los animales superiores, pero en la última década esta idea ha perdido credibilidad a raíz de lo descubierto en diversas investigaciones. En estos últimos años, variaciones de conducta que solo pueden atribuirse a factores culturales han sido detectadas en una cantidad creciente de especies que van desde los primates a los cetáceos. De entre todos los animales, los chimpancés, nuestros parientes evolutivos vivos más cercanos, muestran la mayor diversidad de comportamiento generada por la cultura, aparte de los humanos. Esta diversidad se manifiesta esencialmente en la fabricación y uso de herramientas.
El método tradicionalmente utilizado para establecer la presencia de una cultura en los animales salvajes se basa en comparar las diferencias de comportamiento que existen entre las poblaciones y que no pueden explicarse por diferencias genéticas o ambientales. Sin embargo, mediante este método es imposible descartar de modo concluyente la influencia de la genética y las condiciones ambientales en poblaciones geográficamente distantes.
Para evitar este problema, el equipo de Kathelijne Koops, de la Universidad de Cambridge en el Reino Unido, adoptó un nuevo enfoque.
Ella y sus colegas de la Universidad de Kioto en Japón y la Universidad Libre de Berlín en Alemania compararon comunidades vecinas de chimpancés que viven en condiciones ambientales casi idénticas en una selva de Uganda. Ello permite detectar las diferencias culturales entre grupos, incluso las pequeñas, sin el riesgo de que pueda haber factores genéticos o ambientales detrás de las diferencias de conducta de un grupo con respecto al otro.
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El equipo de investigación examinó en cada comunidad la longitud típica de palos delgados preparados por los chimpancés a partir de tallos o ramitas arrancados y que usan para una táctica de recolección de comida que consiste en poner esos palitos ante grupos de hormigas en sitios de difícil acceso y lograr que se suban a ellos, para así sacarlas con facilidad al exterior y comerlas.
Tras determinar la longitud estándar que en cada comunidad tiene esa herramienta para recolectar hormigas, se apreció que en un grupo es significativamente más larga que en el otro, a pesar de la idéntica disponibilidad de especies de hormigas con la que cuentan ambas comunidades. Teniendo en cuenta además la falta de diferencias ecológicas entre los dos grupos, así como la ausencia de diferencias genéticas significativas, se ha determinado que la diferencia de longitud entre la herramienta típica de un grupo y la del otro se debe tan solo a un factor cultural.

