Medicina
¿Por qué algunas personas no sufren la indisposición gastrointestinal que sí afecta al resto de su familia?
La situación es bien conocida. Uno tras otro, y a veces al mismo tiempo, los residentes de una vivienda sufren dolores abdominales, diarrea, incluso vómitos, y la comida que en otras condiciones tomarían sin problemas, ahora les sienta mal. Sin embargo, a un miembro de la familia, pese a convivir con los demás y con toda probabilidad haberse contagiado, no le ocurre nada de eso. ¿Por qué?
Según un nuevo estudio, la resistencia de una persona a ciertos gérmenes, concretamente a la bacteria E. coli, responsable de muchos casos de indisposiciones gastrointestinales, podría proceder de su propio ADN.
El equipo del Dr. Ephraim Tsalik, de la Universidad Duke en Durham, Carolina del Norte, Estados Unidos, expuso a 30 adultos sanos a la Escherichia coli enterotoxigénica, una de las principales causas de diarrea inducida por bacterias en todo el mundo.
A fin de averiguar por qué exactamente algunas personas enferman y otras permanecen bien en casos como el comentado, los investigadores extrajeron sangre de los pacientes y buscaron pistas en su expresión genética, es decir, el grado de activación (o desactivación) de los mismos genes. Apreciaron diferencias entre seis pacientes con síntomas graves y seis participantes que no mostraron síntomas a pesar de haber sido expuestos a las bacterias.
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Los residentes de una vivienda sufren una indisposición gastrointestinal, excepto un miembro de la familia, a quien, pese a convivir con los demás y con toda probabilidad haberse contagiado, no le ocurre nada. ¿Por qué? (Imagen: Mark Dubowski para Duke Health)
Entre los miles de genes cuyo estado era distinto en un grupo con respecto al otro, había diferencias notables en la actividad de 20 genes relacionados con el sistema inmunitario. Las diferencias eran tan claras y sistemáticas que a permitían predecir correctamente quiénes acabarían enfermos y quiénes seguirían bien. Tsalik y sus colegas las interpretaron como señales que muestran una resistencia innata a la infección. Al parecer, se trata de ciertos rasgos genéticos que pueden incrementar o disminuir nuestra probabilidad de ser infectados después de una exposición a un patógeno.


