Paleontología
Más evidencias de que la especie humana nació en la sabana africana
Unos científicos han extraído, de los sedimentos del fondo marino frente a la costa del este de África, un registro que abarca 24 millones de años acerca de la evolución de la vegetación en la región donde se cree que aparecieron los humanos. Los autores del nuevo estudio creen que el registro confiere peso a la idea de que desarrollamos rasgos clave (dietas flexibles, cerebros grandes, estructuras sociales complejas y la capacidad de caminar y correr sobre dos piernas) mientras nos adaptábamos a la inmensidad de las praderas africanas o sabanas.
Sobre la base de evidencias genéticas, los primates Hominini, los antepasados humanos más antiguos, se habrían escindido de los chimpancés hace unos 6 a 7 millones de años. Se ha venido creyendo ampliamente que iniciaron el camino evolutivo hacia el Ser Humano anatómicamente moderno cuando la vegetación del este de África cambió gradualmente de selva densa a sabana o praderas abiertas, salpicadas por ríos y zonas forestales. Esto habría forzado a nuestros ancestros a descender de los árboles, moverse más rápido sobre el suelo despejado, y desarrollar habilidades sociales necesarias para la supervivencia. En los últimos años, la noción largamente mantenida de que los humanos evolucionaron solo en las praderas ha dejado paso a una visión más matizada, en la que se indica que fue la creciente diversidad de tales parajes, incluyendo las praderas, la que llevó al éxito a aquellos de los predecesores tempranos del Ser Humano que fuesen más inteligentes y más flexibles a la hora de adaptarse a un mundo cambiante.
EL nuevo estudio, a cargo del equipo de Kevin Uno, del Observatorio Terrestre Lamont-Doherty, adscrito a la Universidad de Columbia, en la ciudad estadounidense de Nueva York, aporta, y por mucho, el registro más largo y más completo de la antigua vida vegetal en buena parte de lo que es ahora Etiopía y Kenia, el supuesto lugar de nacimiento de la humanidad. Teniendo en cuenta los resultados de esta nueva investigación, todo apunta a que hace entre 24 y 10 millones de años, mucho antes de que apareciera cualquier antepasado humano, existían pocas praderas, y que por tanto dominaban presumiblemente los bosques. Después, con un aparente cambio en el clima, las primeras empezaron a proliferar. El estudio muestra que la tendencia continuó a través de toda la evolución humana conocida, llevando hasta un dominio de las praderas hace unos pocos millones de años.
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Se cree que el Ser Humano surgió en el este de África, a medida que el paisaje cambiaba de selva a pradera. Aquí, unos niños cruzan el río Turkwel en el norte de Kenia, donde se han encontrado muchos fósiles importantes. (Foto: Kevin Krajick/Lamont-Doherty Earth Observatory)
Varios momentos clave de la historia evolutiva de nuestro linaje tuvieron como escenario las praderas, en las cuales, o cerca de las cuales, muchos humanos primitivos vivieron.
De todos modos, al principio, las praderas eran probablemente pequeñas y aisladas, y por tanto no debieron ser el único factor en el conjunto de influencias ambientales que moldeó a los humanos primitivos hasta hacerlos más inteligentes y hábiles que los demás primates. Posiblemente ello llevó a una serie más diversa de nichos que nuestros antepasados pudieron ocupar y en los que les fue posible competir con éxito contra sus rivales. Por ejemplo, podríamos imaginar que en un paisaje más abierto, los primates Hominini pudieron aprender a trabajar en equipo. Algunos pudieron cazar presas o localizar carroña. Algunos otros pudieron tirar piedras a las hienas para mantenerlas alejadas, mientras otros corrían y cogían la carne.



