Las ventajas de acudir a un fisioterapeuta

Dolor de espalda, lumbago, tensión cervical… son algunas de las enfermedades más comunes entre la población. Según las estadísticas de salud, cerca del 12 % de las bajas laborales entre la población española se debe a una lumbalgia.

Para combatir esta enfermedad, los especialistas suelen recomendar reposo, calor y el uso de antiinflamatorios. Pero si queremos que el problema no se vuelva a repetir, serán necesarios unos ejercicios físicos concretos encaminados a reforzar la zona. Y de eso se encargan los fisioterapeutas.

La palabra fisioterapia proviene de la unión de los vocablos griegos physis (naturaleza) y therapeia (tratamiento) y se refiere al conjunto de técnicas y procedimientos manuales que ayudan al cuerpo humano a recuperar el movimiento y su funcionalidad física. El fisioterapeuta interviene cuando el paciente ha perdido o tiene el riesgo de perder su movilidad natural.

Campos de actuación

La fisioterapia es una profesión que abarca varias disciplinas y que puede actuar en diversos ámbitos de la medicina, como la traumatología, la neurología, la geriatría, la pediatría, la cardiología o la salud mental. Los fisios trabajan en hospitales, geriátricos o centros especializados y también pueden ejercer la profesión de forma privada, en centros deportivos o a través de la asistencia domiciliaria.

El profesional está capacitado para examinar y evaluar a un paciente, aplicar un tratamiento, evaluar resultados y ofrecer consejos para prevenir afecciones futuras. Existen numerosos especialistas en fisoterapia en Madrid y en las principales capitales, preparados para dar respuesta a las exigencias sanitarias de la población.

(Foto: MD/ Pixabay)

¿Cómo actúa un fisioterapeuta?

El fisioterapeuta es un profesional sanitario que trabaja fundamentalmente con las manos, por lo que su especialidad está vinculada a lo que conocemos como terapias manuales; las principales son: 

• Masoterapia: consiste en la aplicación de distintas modalidades de masaje (masaje terapéutico, drenaje linfático, masaje deportivo o técnicas manuales neuromusculares).
• Kinesioterapia o terapia del movimiento
• Fisioterapia manual ortopédica: tratamiento de lesiones músculo-esqueléticas en articulaciones, cuello y espalda.
• Estiramientos de músculos para aumentar la amplitud del movimiento
• Reeducación postural: estiramientos y otros ejercicios para eliminar contracturas, bloqueos musculares o secuelas de golpes o traumatismos.
• Fisioterapia neurológica: son terapias para abordar enfermedades del sistema nervioso con la finalidad de recuperar el tono muscular y otras funcionalidades. Está indicada en casos de lesiones cerebrales, como el párkinson, lesiones de los nervios periféricos, afecciones de la médula espinal o síndromes neurológicos en la infancia.
• Fisioterapia respiratoria: ejercicios para mejorar la capacidad pulmonar en casos de enfermedades neuromusculares o después de operaciones quirúrgicas.
• Fisioterapia obstétrica: gimnasia dirigida a potenciar el suelo pélvico.
• Vendaje funcional

Además de las técnicas manuales, el fisioterapeuta puede ayudarse de otros métodos para desarrollar sus funciones:

• Electroterapia y ultrasonidos: son técnicas que utilizan pequeñas corrientes eléctricas y ultrasonidos para estimular y potenciar la acción neuromuscular.
• Termoterapia y crioterapia: es la aplicación de calor o frío sobre las partes afectadas, a fin de reducir la inflación.
• Hidroterapia: son métodos curativos que tienen como base el agua, como la talasoterapia (agua del mar, algas, barro) o los ejercicios en medios acuáticos. La hidroterapia es muy útil para reducir inflamaciones, relajar los músculos y dilatar los vasos sanguíneos.
• Presoterapia: se trata de realizar masajes compresivos con la ayuda de una máquina para tratar varices, edemas y mejorar la circulación en las piernas.