Microbiología
Descubren la transferencia de una toxina de tipo botulínico a otra clase de bacterias
Los enterococos son microbios resistentes que viven en las vías gastrointestinales de casi todos los animales terrestres, incluyendo nosotros mismos, y generalmente no causan daños. Pero su robustez los ha hecho últimamente la principal causa de infecciones resistentes a múltiples fármacos, especialmente en lugares como hospitales donde el gran uso de antibióticos altera el equilibrio natural de los microbios intestinales.
Por todo ello, el descubrimiento de una nueva toxina en una cepa de enterococo está recibiendo mucha atención de la comunidad científica. Aislados a partir de heces de vaca obtenidas en una granja de Carolina del Sur (Estados Unidos), estos microbios, contra todo pronóstico, han resultado transportar una toxina parecida a la que causa el botulismo.
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Es la primera vez que una neurotoxina botulínica ha sido encontrada en el arsenal bioquímico de microorganismos distintos de las bacterias Clostridium botulinum. Además, no solo está presente la toxina, sino también una unidad completa albergando esta y las proteínas asociadas que evitan que la toxina se degrade en el tracto gastrointestinal, tal como advierte Min Dong, miembro del equipo internacional de investigación que ha hecho el hallazgo y especialista en toxinas botulínicas, que trabaja en el Hospital Pediátrico de Boston en Estados Unidos. Se ha considerado a las Clostridium botulinum como las productoras del veneno natural más potente del mundo.
La toxina botulínica que se ha encontrado en otros microorganismos, llamada BoNT/En, es la novena que se ha descrito. El pasado mes de agosto, Dong y sus colegas informaron sobre la octava, BoNT/X, producida por la C. botulinum, la primera toxina botulínica nueva hallada en casi 50 años.
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Imagen captada mediante microscopia electrónica de barrido (SEM). En ella se muestran enterococos. (Foto: François Lebreton, Massachusetts Eye and Ear)
¿Cómo pudo la toxina BoNT/En saltar de una especie bacteriana a otra? Los investigadores encontraron que los genes responsables de la BoNT/En eran transportados por un plásmido. Los plásmidos son estructuras móviles que contienen ADN con independencia de los cromosomas, y que pueden ser intercambiados de una bacteria a otra. Los plásmidos son bastante comunes en los enterococos: de hecho, han sido asociados a la adquisición de la resistencia ante la vancomicina, un antibiótico de último recurso, y la transferencia de esa resistencia a la temible Staphylococcus aureus, culpable habitual de infecciones peligrosas en heridas.



