Los dispositivos electrónicos no dañan el ojo, pero fomentan la fatiga visual

Los dispositivos electrónicos para la visualización de imágenes no producen un daño orgánico en el sistema visual, pero sí influyen en la aparición de la llamada fatiga visual, según un estudio publicado en la Revista Mexicana de Oftalmología. Sin embargo, a pesar de que no parecen derivarse otros problemas más graves como la miopía, no deberíamos subestimar las molestias del cansancio visual ni emplear las tecnologías de manera inadecuada. Además, sería recomendable adoptar siempre las medidas de protección pertinentes.

Lo cierto es que un 32,7 % de personas emplean pantallas más de 9 horas al día según otro estudio, por lo que estos se convierten en el blanco perfecto de la fatiga visual. Los estudiantes son los que más uso hacen de las pantallas con una media de 6,7 horas diarias. Por detrás, encontramos a los trabajadores que las usan unas 5,8 horas y a los desempleados con un promedio de 5,7 horas.

El primer estudio mencionado, realizado por oftalmólogos de la Universidad de La Habana, también se hace eco de las conclusiones de la Academia Americana de Oftalmología, la cual elevó a la categoría de mito la advertencia más escuchada de los padres a los hijos cuando les ven pegados a la pantalla del televisor. Así, parece ser que estamos equivocados al pensar que esa práctica puede perjudicar su visión.

En realidad, los niños pueden acercarse al aparato sin desarrollar, por ello, cansancio ocular. En cambio, los adultos sí que se exponen a esta fatiga. Por lo tanto, a pesar de que los niños tienden a situarse muy cerca del televisor o de la pantalla, esta práctica no suele tener repercusiones en sus ojos como, por ejemplo, el desarrollo de miopía. Algunos padres creen que sus hijos se aproximan tanto por algún problema de visión, pero en muchos casos suele ser porque simplemente les molesta el ruido ambiental.

En cambio, como decíamos, los adultos sí que nos podemos ver perjudicados por esta circunstancia. “Cuando miramos objetos cercanos, nuestros ojos se acomodan para enfocarlos y esto requiere la contracción de los músculos oculares los cuales, con el tiempo, se fatigan y los síntomas se resuelven espontáneamente cuando descansamos”, explican los oftalmólogos de La Habana. Así, aunque parece claro que el uso de las tecnologías no comporta daños al ojo, no podemos negar que su mal empleo puede ocasionar cefaleas, irritación o sequedad ocular, entre otras molestias.

Una de las peores prácticas para nuestra visión —que además es muy común— es ver la televisión con la luz de la habitación apagada o consultar el móvil completamente a oscuras. Parece ser que nos olvidamos, tal y como apuntan los autores del estudio, de que una pantalla es una fuente emisora de luz directa, por lo que hay más posibilidades de que el ojo se fatigue. “Cuanto más iluminada esté la pantalla más nos cansaremos, ya que el ojo no se adapta adecuadamente a la iluminación directa del dispositivo”, afirman.