Neurología
Posible vía para tratar un deterioro cognitivo relacionado con la depresión
Cuando una persona sufre depresión, su cerebro pierde plasticidad y capacidad de adaptación, y por tanto se vuelve menos capaz de realizar determinadas tareas, como almacenar recuerdos.
En una reciente investigación, se ha rastreado el origen de esa menor plasticidad del cerebro, y se ha determinado que la causa específica es una disminución de la funcionalidad de ciertas células cerebrales.
Los autores del estudio creen que averiguar más cosas sobre estas células puede abrir un camino hacia nuevas y radicales terapias contra la depresión, y de hecho ya han probado con éxito, en ratas de laboratorio aquejadas de depresión, un tratamiento para curar sus deficiencias de memoria.
El equipo de la bióloga Mia Lindskog, del Departamento de Neurociencias del Instituto Karolinska en Suecia, empleó para su investigación ratas con una predisposición a la depresión. La conducta de estas ratas fue comparada con la de ratas de laboratorio normales, y se pudieron confirmar trastornos de la memoria y apatía en las ratas deprimidas.
Los investigadores inyectaron entonces a esas ratas deprimidas D-serina, una sustancia secretada por los astrocitos, que actúan como células de soporte para las neuronas en el cerebro. Esta sustancia mejoró la memoria de las ratas, aunque no tuvo efecto sobre la apatía.![[Img #7584]](upload/img/periodico/img_7584.jpg)
Los investigadores también estudiaron la actividad sináptica en el hipocampo de las ratas. El hipocampo es una parte del cerebro que ejerce un papel muy importante en la memoria. El equipo de investigación encontró que en los cerebros de las ratas deprimidas había un grado de actividad sináptica muy superior al presente en los cerebros de las ratas del grupo de control.
Sin embargo, cuando los investigadores trataron de elevar el nivel de transmisión de señales, comprobaron que el cerebro de las ratas deprimidas no respondía, lo que indica que tenían un nivel de plasticidad mermado, con el resultado de la incapacidad para incrementar adecuadamente la actividad neuronal cuando se necesitaba, a diferencia de lo que ocurría en el cerebro de las ratas sanas. La situación en las ratas deprimidas sólo cambió con la administración de D-serina, la cual mejoró la plasticidad cerebral.



