Artículo de Germán Fernández Sánchez, en el blog El Neutrino, que recomendamos por su interés.
Cuando pensamos en órbitas, imaginamos un cuerpo celeste describiendo un círculo o una elipse alrededor de otro. Ésta es la situación más simple, pero no es la única posible, ni mucho menos.
Afortunadamente, en nuestro Sistema Solar los planetas están muy separados entre sí, y sus masas son muchísimo menores que la del Sol; por eso se mueven en órbitas elípticas alrededor de éste, y las perturbaciones que ejercen unos sobre otros son muy pequeñas. Y digo afortunadamente porque de esta manera las órbitas son muy estables. A efectos prácticos, se puede calcular el movimiento de cada planeta con bastante precisión considerando únicamente la atracción gravitatoria del Sol. Este problema es resoluble, y sus soluciones son las sencillas órbitas elípticas.
Pero en general, cuando hay más de dos cuerpos involucrados, el problema no se puede resolver analíticamente, y hay que recurrir a aproximaciones o a cálculos numéricos.
El artículo, publicado en el blog El Neutrino, se puede leer
aquí.