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Viernes, 18 de Marzo de 2011
Antropología

Los primeros Homo sapiens no eran tan distintos a nosotros

Se tiende a creer que hay vastas diferencias de conducta entre los primeros humanos modernos y los Homo sapiens más arcaicos. Esta suposición es a menudo representada por la típica recreación del hombre de las cavernas hablando con gruñidos y monosílabos. Sin embargo, ¿es correcta esta suposición? ¿Fueron los primeros seres humanos muy diferentes de nosotros?

En un nuevo estudio, el arqueólogo John Shea, de la Universidad de Stony Brook, en Estados Unidos, ha llegado a la conclusión de que no lo eran.

El problema, sostiene Shea, es que los arqueólogos se han centrado en una medición errónea del comportamiento humano antiguo. Los arqueólogos han estado buscando pruebas de la "modernidad conductual", una cualidad supuestamente exclusiva del Homo sapiens, cuando deberían haber estado investigando "la variabilidad del comportamiento", una dimensión cuantitativa de la conducta de todos los seres vivos.

La investigación sobre los orígenes humanos comenzó en Europa, y el registro arqueológico del Paleolítico Superior europeo ha sido durante mucho tiempo el estándar con el cual se ha comparado el comportamiento de los seres humanos antiguos y de fuera de Europa.

El Paleolítico Superior (hace entre 45.000 y  12.000 años) es la época de la cual datan los fósiles de Homo sapiens más antiguos conocidos de Europa y asociados a tecnología como complejas herramientas de piedra, instrumentos hechos de hueso tallado, armas arrojadizas sofisticadas, técnicas avanzadas para el uso del fuego, arte rupestre, y ornamentos personales. Existen conductas similares con carácter universal, o casi, entre los seres humanos recientes, y, por tanto, los arqueólogos citan las evidencias de estas conductas como prueba de la modernidad del comportamiento humano.

Los fósiles más antiguos de Homo sapiens, encontrados en África y el sur de Asia, datan de hace entre 100.000 y 200.000 años, y sus respectivos contextos en cuanto a objetos y modificación artificial del entorno carecen de evidencias claras de tal modernidad de comportamiento.

Durante décadas, los antropólogos compararon estos seres humanos arcaicos de África y Asia con sus homólogos de conducta moderna del Paleolítico superior, y se valieron de este aparente contraste de conducta entre unos y otros para explicar las diferencias entre ellos como el antes y el después de una sola "Revolución Humana" que cambió de manera profunda la biología y la conducta humanas.

Shea revisó la hipótesis de que hubo diferencias en la variabilidad del comportamiento entre los Homo sapiens anteriores y los posteriores, cotejando las afirmaciones de dicha hipótesis con las pruebas sobre las herramientas de piedra de África Oriental que datan de hace entre 250.000 y 6.000 años . Esta región cuenta con el registro arqueológico continuo más largo sobre la conducta del Homo sapiens.

Una comparación sistemática de la variabilidad en las estrategias para fabricar herramientas de piedra durante el último cuarto millón de años no muestra la existencia de esa revolución única del comportamiento en la historia evolutiva de nuestra especie. Por el contrario, las evidencias muestran una amplia variabilidad en las estrategias del Homo sapiens para la fabricación de herramientas, desde los primeros tiempos en adelante.

Los cambios particulares en la tecnología de las herramientas de piedra pueden explicarse en términos de variación en los costos y en los beneficios de las diferentes estrategias de fabricación de herramientas. No es necesario invocar una "revolución humana" para explicar estos cambios, que resultan fácilmente explicables a partir de un conocimiento lo bastante profundo de los principios de la ecología del comportamiento.

Este estudio tendrá repercusiones importantes para las investigaciones arqueológicas sobre los orígenes humanos. Shea le resta peso al concepto de los humanos modernos, como radicalmente distintos a los antiguos, y apuesta más por el de las poblaciones de Homo sapiens con una amplia gama de conductas distintas, adaptadas a cada entorno y situación particulares.

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