Geología
Los ríos olvidados del Sahara marcaron las rutas de las primeras migraciones del Ser Humano fuera de África
Mediante simulaciones digitales de paleoclimas (climas del pasado remoto) en la región, el equipo de Tom Coulthard, de la Universidad de Hull en el Reino Unido, halló indicios claros de tres grandes sistemas fluviales que, según los datos disponibles, existieron en el norte de África hace entre 130.000 y 100.000 años, pero que hoy yacen enterrados y olvidados bajo las dunas del desierto.
Cuando discurría el agua por esos ríos y sus afluentes, las tierras a su alrededor muy probablemente proporcionaron hábitats fértiles para vegetales y animales, creando así "caminos verdes" a través del Sahara. Se estima que uno de los sistemas fluviales tenía unos 100 kilómetros de ancho.
El antiguo río Irharhar, el situado más al oeste de los tres identificados, representa, en opinión de los investigadores, la ruta más probable de migración humana a través de la región.
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Los antiguos sistemas fluviales, con las diferencias estacionales más probables en su caudal de agua. A: Agosto. B: Septiembre. C: Octubre. D: Noviembre. (Imagen: Coulthard TJ, Ramirez JA, Barton N, Rogerson M, Brücher T -2013- Were Rivers Flowing across the Sahara During the Last Interglacial? Implications for Human Migration through Africa. PLoS ONE 8(9): e74834. doi:10.1371/journal.pone.0074834)
Además de los ríos, las simulaciones ejecutadas en el estudio indican que también había lagos y humedales en el nordeste de Libia, algunos de los cuales abarcaban extensiones de hasta 70.000 kilómetros cuadrados.
Las evidencias existentes respaldan varias hipótesis distintas: la de una única oleada de migración transahariana, la de muchas migraciones a lo largo de una sola ruta, y la de múltiples migraciones a lo largo de rutas distintas. La existencia de esos "caminos verdes" capaces de abastecer a los viajeros con agua y comida fueron con toda seguridad determinantes para el éxito de tales migraciones históricas.
En la investigación también han trabajado Jorge A. Ramírez y Mike Rogerson de la Universidad de Hull en el Reino Unido, Nick Barton de la Universidad de Oxford en el mismo país, y Tim Brücher del Instituto Max Planck de Meteorología en Hamburgo, Alemania.
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