Microbiología
Descubren una nueva bacteria en Chile
Esta bacteria, perteneciente al grupo de las espiroquetas, fue cultivada en laboratorio, a partir de una especie de garrapata dura y endémica en Chile, perteneciente al grupo Ixodes. Estas garrapatas, que parasitan y se alimentan de la sangre de varios roedores, incluyendo los ratones de cola larga (además del cérvido pudú), pueden encontrarse en diversos estadios de desarrollo de estos animales, como también en la vegetación de sus hábitats en el sur de Chile.
De acuerdo a lo expresado por los integrantes del grupo de investigación, este novedoso hallazgo tiene una relevancia mundial, ya que hasta este momento se creía que las borrelias del grupo de la enfermedad de Lyme, como estas, sólo se encontraban en garrapatas Ixodes en el Hemisferio Norte.
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“Este descubrimiento, y uno preliminar realizado recientemente en Uruguay, expanden el rango de estas borrelias al Hemisferio Sur y plantea una serie de interrogantes respecto de la historia evolutiva de ellas y de las garrapatas Ixodes en el mundo, y abre la puerta a necesarias investigaciones de estos procesos. Es entonces de importancia iniciar investigaciones en Chile, ya que el país tiene una rica fauna de garrapatas Ixodes con diferentes especies, para ver si ellas también transportan la Borrelia chilensis o borrelias relacionadas a ella, y comprobar si existen roedores alternativos que pudieran ser infectados con ellas y servir de reservorios para esta Borrelia u otras”, sostuvo Daniel González, académico de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UdeC.
El investigador de la UdeC agregó que la idea es continuar con la investigación. “Primero habría que estudiar la ecología del ciclo de la garrapata, ver si es probable que parasite en otros mamíferos o incluso los humanos. Recientemente se ha determinado la secuencia total del genoma de Borrelia chilensis y esperamos que su análisis informático nos revele aspectos comparativos de su biología y de su evolución respecto de sus congéneres del Hemisferio Norte”.
Este trascendental descubrimiento acaba de ser publicado en la prestigiosa revista Enviromental Microbiology. (Fuente: UDEC/DICYT)



