Cosmología
El estudio de los cuásares revela la medida más precisa de la expansión del Universo
El Baryons Oscillation Spectroscopic Survey (BOSS), que es uno de los principales programas de observación del tercer proyecto Sloan Digital Sky Survey (SDSS-III), es pionero en la técnica para medir la estructura del Universo lejano a partir de la observación de los cuásares, los objetos más brillantes del cosmos que permiten detectar la materia intergaláctica, aquella que ha quedado distribuida por el espacio entre las galaxias. Las nuevas observaciones basadas en BOSS se han presentado durante la reunión de la Sociedad Americana de Física, celebrada recientemente en la ciudad de Savannah (Estados Unidos).
La luz emitida por los cuásares, unos objetos astronómicos que pueden observarse a miles de millones de años luz de la Tierra gracias a su gran luminosidad, atraviesa nubes de gas de materia intergaláctica, compuesta mayoritariamente por hidrógeno. El análisis de los patrones de absorción del hidrógeno que intercepta la luz de los cuásares en su viaje hacia nosotros es una nueva metodología para medir la estructura a gran escala del Universo.
Los resultados de la investigación combinan dos metodologías diferentes basadas en el uso de los cuásares y el gas intergaláctico para medir el ritmo de expansión del Universo. El primer análisis, llevado a cabo por Andreu Font Ribera y sus colaboradores, compara la distribución espacial de cuásares con la del gas hidrógeno para medir distancias en el Universo. El segundo trabajo, liderado por Timothée Delubac, del Centro de Saclay (Francia), se centra en los patrones de absorción del gas hidrógeno para medir la distribución de masa en el Universo joven. Los dos análisis del equipo BOSS establecen que hace 10.800 millones de años, el Universo -que entonces tenía una edad de sólo 3.0000 millones de años- se expandía a lo largo de cada uno de los tres ejes del espacio a un ritmo de un 1% por cada 44 millones de años.
Tal como comenta el profesor Jordi Miralda, «la expansión del Universo significa que las galaxias se alejan unas de otras, como si el espacio se estirara como una goma por todas partes». Asimismo, «cuando observamos galaxias o nubes de gas muy lejanas, los vemos en el pasado del universo debido al tiempo que tarda la luz para llegar hasta nosotros».
«Si miramos el Universo en su pasado, cuando las galaxias estaban tres veces más cerca de lo que están hoy en día, vemos que un par de galaxias separadas por un millón de años luz entre sí se alejaban una de la otra a una velocidad de 68 kilómetros por segundo a medida que se expandía el Universo», detalla el experto Andreu Font Ribera.
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Concepción artística de cómo BOSS utiliza los cuásares para medir el Universo distante. La luz de los quásars lejanos es absorbida en parte por el gas que la intercepta, dejando una huella que contiene sutiles patrones parecidos a anillos de una dimensión física conocida. Los astrònomos han medido ahora esta escala espacial con una precisión de un 2%, midiendo detalladamente la rapidez con que se expandía el Universo cuando tenía 3.000 millones de años. (Foto: Zosia Rostomian (Lawrence Berkeley National Laboratory) y Andreu Font-Ribera (BOSS Lyman-alpha team, Berkeley Lab.))
Delubac explica: «Hemos medido el ritmo de expansión del Universo lejano con una precisión sin precedentes del 2%». Conocer los parámetros de expansión del Universo a lo largo de su evolución es clave para determinar la naturaleza de la energía oscura que provoca la expansión acelerada del Universo durante los últimos 6.000 millones de años. «La medida de la expansión del Universo cuando su edad era solo la cuarta parte de la actual nos da una referencia para compararla con las medidas de expansión de la época más reciente, en que la energía oscura se ha establecido como fuerza dominante», afirma Delubac.
Como explica David Schlegel, del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley e investigador principal de BOSS, la precisión de las mediciones ha avanzado notablemente: «Hace tres años, BOSS empleó 14.000 cuásares para demostrar que se podía elaborar el mapa en 3D más grande que se haya hecho nunca del Universo. Hace dos años, con 48.000 cuásares, pudimos detectar oscilaciones acústicas de bariones en estos mapas. Ahora, con más de 140.000 cuásares, hemos realizado medidas de gran precisión de oscilaciones acústicas de bariones». (Fuente: U. Barcelona)