Robótica
Sensores en los antebrazos de un humano para permitirle controlar mejor a un robot
Los sensores envían información al robot, permitiéndole interpretar correctamente los movimientos del operador humano y entender las correcciones que éste quiere hacerle.
El objetivo del sistema es mejorar la seguridad, recortar el tiempo empleado en las tareas, y, en definitiva, aumentar la eficiencia en las fábricas.
No es raro ver en factorías a robots grandes y de movimientos rápidos desempeñando su labor. El personal humano de dichas fábricas rara vez trabaja junto a ellos por motivos de seguridad.
Sin embargo, algunos puestos de trabajo requieren que personas y robots trabajen juntos. En esos casos, por ejemplo, una persona puede emplear una especie de joystick para guiar los movimientos del robot de un modo más directo y preciso que si le diera órdenes verbales.
![[Img #19244]](upload/img/periodico/img_19244.jpg)
Sin embargo, hay un problema: la tensión muscular de una persona nunca es constante, y un robot no siempre sabe cómo reaccionar correctamente a esos cambios de presión.
Por ejemplo, cuando el operador humano desplaza la palanca de mando o joystick hacia adelante o hacia atrás, el robot reconoce el comando y se mueve adecuadamente. Pero cuando el operario quiere detener el movimiento y mantiene la palanca en su lugar, generalmente tiende a usar los músculos de un modo que puede generar confusión en el robot. Éste puede asumir que la fuerza aplicada es otro comando aunque expresado más débilmente y que por tanto debe amplificarlo de facto y ejecutarlo. O también puede decidir que se trata de un mero "efecto rebote" causado por las peculiaridades de los músculos humanos al ejercer ciertas acciones. El robot puede equivocarse o, tal como sucede en bastantes modelos, "amplificar el ruido", por así decirlo, lo que se traduce en una vibración molesta, a la que el humano reacciona tensando más sus brazos, lo cual hace que aumente más la vibración. Obviamente, es peligroso que se produzcan estas situaciones de inestabilidad cuando un humano intenta guiar a un robot que está portando un objeto muy pesado.
El sistema desarrollado por el equipo de Billy Gallagher y Jun Ueda, del Instituto Tecnológico de Georgia (Georgia Tech), ubicado en la ciudad estadounidense de Atlanta, elimina las vibraciones mediante el uso de sensores colocados en el antebrazo de la persona que va a guiar al robot. Estos dispositivos envían la información de los movimientos musculares a un sistema informático especial, lo cual permite al robot evaluar con un conocimiento mucho más detallado y fiable el grado de contracción de los músculos del operador. El sistema determina el estado físico del operador y ajusta de modo inteligente cómo debe interactuar con el humano. El resultado es un robot que se mueve con facilidad y seguridad.
Con este sistema, el robot puede ajustarse a los cambios en el modo de moverse del operador, sin que se produzcan situaciones de confusión e inestabilidad.
Información adicional
![[swf object]](images/blank.gif)