Astrofísica
Investigadores del IAC explican el “exceso” de rubidio observado en estrellas moribundas
Firman este trabajo, publicado en la revista Astronomy & Astrophysics Letters, los astrofísicos Olga Zamora y Domingo Aníbal García Hernández, investigadores del IAC y de la Universidad de La Laguna, Arturo Manchado Torres, del IAC y del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), y Bertrand Plez, de la Universidad de Montpellier (Francia).
Las estrellas de hasta ocho veces la masa del Sol, hacia el final de sus días, pasan por una fase que se denomina “rama asintótica de gigantes” o AGB (por sus siglas en inglés, Asymptotic Giant Branch), antes de producir nebulosas planetarias y morir como enanas blancas. En esta fase, la estrella se expande hasta miles de veces la distancia Tierra-Sol -engullendo cualquier sistema planetario a su alrededor-, se enfría y su luminosidad aumenta hasta unas mil veces la del Sol. A medida que estas estrellas evolucionan en la fase AGB, van perdiendo masa en forma de viento estelar, dando lugar a la formación de una envoltura fría de gas y polvo alrededor de la estrella.
Dentro de este tipo de estrellas, las menos estudiadas son las más masivas (entre 4 y 8 veces la masa del Sol), que fueron identificadas por vez primera en nuestra galaxia en 2006, en un estudio pionero con participación de varios investigadores del estudio actual. La identificación fue posible gracias a la detección de rubidio en el espectro de estas estrellas, en concreto del isótopo radioactivo Rb-87, lo que supuso la primera evidencia observacional de que producían enormes cantidades de ese isótopo, tal y como predecían los modelos teóricos de nucleosíntesis estelar –modelos de producción de elementos químicos e isótopos en el interior de las estrellas- desde hacía más de 40 años. Posteriormente, en 2009, las estrellas AGB masivas se detectaron también en otras galaxias cercanas, como las Nubes de Magallanes, utilizando el mismo método.
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En la imagen se muestra el espectro de una estrella AGB masiva (puntos blancos) junto con las predicciones de los nuevos modelos de atmósfera (línea amarilla) y de los modelos anteriores sin envoltura (línea azul). El Rubidio es detectado como una línea de absorción muy intensa a una longitud de onda de 7.800 angstroms. Todo esto superpuesto a una impresión artística de una estrella AGB.(Créditos: Gabriel Pérez Díaz, Instituto de Astrofísica de Canarias (Servicio Multimedia))
Sin embargo, las altas abundancias de rubidio observadas en estas estrellas suponían un reto para los modelos teóricos, que estimaban abundancias considerablemente más bajas del isótopo Rb-87.
“En nuestro nuevo trabajo -explica Olga Zamora- hemos determinado por primera vez la abundancia de rubidio teniendo en cuenta el efecto de esa envoltura en una muestra de estrellas AGB masivas de nuestra galaxia y de la Gran Nube de Magallanes. De esta forma, encontramos que las abundancias de rubidio obtenidas con los nuevos modelos de atmósfera reproducen mucho mejor las observaciones, indicando que nuestra comprensión teórica actual de la nucleosíntesis en las estrellas AGB masivas es la correcta”.
Dado que las estrellas AGB pueden explicar el origen de más del 50% de todos los elementos más pesados que el hierro en el Universo, su estudio tiene importantes consecuencias en otros campos de la Astrofísica, como la evolución estelar, la evolución química de galaxias, el origen de los cúmulos globulares o la composición del Sistema Solar. “En particular –señala Domingo Aníbal García Hernández-, las estrellas AGB más masivas podrían explicar las anomalías químicas observadas en cúmulos globulares y en los materiales más antiguos encontrados en los meteoritos procedentes de la nube que dio lugar al Sistema Solar". (Fuente: IAC)



