Microbiología
Hacia los paneles solares biológicos, tecnología bacteriana para obtener electricidad fotovoltaica con más eficacia
Los estudios sobre las estructuras de algunos de los sistemas naturales recolectores de luz más eficientes están marcando el camino para las nuevas generaciones de células solares inspiradas por fenómenos biológicos naturales.
Ahora, un equipo de investigadores de la Universidad de Washington en San Luis y el Laboratorio Nacional estadounidense de Oak Ridge (ORNL, por sus siglas en inglés) ha llevado a cabo un análisis de la estructura de clorosomas en bacterias verdes fotosintéticas.
Los clorosomas son eficientes en la recolección de luz solar para convertirla en otras formas de energía, incluso en ambientes extremos y con poca luz.
El clorosoma es una de las "antenas" más eficientes para la captura de energía solar que ha sido encontrada en la naturaleza, tal como enfatiza Volker Urban del Centro de Biología Molecular Estructural, dependiente del ORNL
El equipo de investigación analizó la estructura de los clorosomas bajo diferentes condiciones térmicas e iónicas, y ha comprobado que ésta cambia muy poco bajo todas estas condiciones, lo que demuestra que son muy estables.
Esto es sumamente importante para las aplicaciones biohíbridas potenciales, como por ejemplo recolectar la energía solar en materiales sintéticos de una célula solar híbrida.
El tamaño, la forma y la organización de ciertos complejos bioquímicos que recolectan energía solar, como los clorosomas, son factores críticos en la transferencia de electrones a los electrodos semiconductores de los dispositivos de energía solar.
Conocer mejor cómo funcionan los clorosomas en la naturaleza podría ayudar a los científicos a imitar sus mecanismos con el fin de crear células solares híbridas inspiradas en la biología y con una eficiencia comparable a la de sus homólogas naturales.