Física
Investigando bajo líneas eléctricas de alta tensión el fenómeno de las corrientes inducidas geomagnéticamente
Las corrientes inducidas geomagnéticamente constituyen un fenómeno que en la Tierra se observa por lo general entre uno y tres días después de una eyección de masa coronal desde el Sol. Esta eyección es una especie de burbuja gigantesca de partículas cargadas con una masa total de hasta 10.000 millones de toneladas. Estas partículas pueden ser aceleradas hasta alcanzar velocidades de varios millones de kilómetros por hora cuando recorren el espacio.
Cuando una de estas burbujas de partículas que conforman la eyección de masa coronal incide sobre la magnetosfera terrestre, el impacto causa fluctuaciones electromagnéticas que producen tormentas geomagnéticas en la Tierra. Estas tormentas refuerzan las corrientes eléctricas, lo que a su vez acarrea fluctuaciones en el campo magnético de nuestro planeta a nivel de la superficie. Estas corrientes de superficie pueden fluir a través de cualquier estructura conductiva de gran tamaño, incluyendo las líneas de la red eléctrica de alta tensión, oleoductos, gasoductos, cables de comunicaciones submarinas, redes telefónicas y telegráficas, y las vías ferroviarias.
Un ejemplo de caso extremo de corrientes inducidas por esa cadena de fenómenos fue la gran tormenta magnética de marzo de 1989, una de las más grandes del siglo XX. Los rápidos cambios en el campo geomagnético causaron campos eléctricos inducidos muy intensos en la superficie de nuestro planeta. Este conjunto de campos eléctricos originó corrientes eléctricas que fluyeron a través de estructuras de material conductor, incluyendo la red eléctrica canadiense. La excesiva corriente causó el colapso de dicha red, lo que dejó sin electricidad a más de seis millones de personas.
Según el USGS (U.S. Geological Survey, el servicio estadounidense de prospección geológica), si el corte hubiera ocurrido en el nordeste de EE.UU., el impacto económico podría haber superado los 10.000 millones de dólares, y eso sin tener en cuenta el impacto en los servicios de emergencia y la reducción general de la seguridad pública.
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Los eventos de meteorología espacial pueden generar una amplia gama de efectos, incluyendo interferencias o cortes en las comunicaciones y en sistemas de navegación, daños en los instrumentos de los satélites, e incluso la corrosión de las tuberías de acero de gasoductos y oleoductos. El impacto en las redes eléctricas suele ser la preocupación más inmediata cuando se desencadena una tormenta geomagnética. Por eso se necesita saber con más profundidad cómo los sucesos de este tipo afectan a dichas redes.
A fin de conocer mejor el fenómeno de las corrientes inducidas geomagnéticamente, un equipo de científicos encabezado por el heliofísico Antti Pulkkinen, del Centro Goddard de Vuelos Espaciales de la NASA en Greenbelt, Maryland, Estados Unidos, está a punto de comenzar una investigación piloto de entre uno y dos años de duración que se aprovechará de las líneas eléctricas de alta tensión en Estados Unidos para hacer mediciones de ese fenómeno capaz de causar apagones de gran magnitud.
Se está terminando de instalar una serie de subestaciones científicas, emplazadas debajo de líneas eléctricas de alta tensión, para medir en tiempo real el fenómeno expuesto.






