Oceanografía
Cambio climático y cadáveres de copépodos
Los organismos multicelulares más numerosos en los mares, unos crustáceos diminutos llamados copépodos, son un eslabón importante entre el fitoplancton y los peces en las redes alimentarias de los ecosistemas marinos.
Para averiguar cómo los copépodos responden al cambio medioambiental, y predecir cómo lo harán ante cambios futuros, los científicos necesitan saber no sólo la tasa de natalidad de los nuevos copépodos, sino también cuántos mueren.
Los oceanógrafos biológicos David Elliott del Centro de Ciencia Medioambiental dependiente de la Universidad de Maryland, y Kam Tang del Instituto de Ciencia Marina de Virginia, se percataron de que sólo había una manera de dar con la respuesta: encontrar los cadáveres de los copépodos.
Se asume a menudo que la mortalidad de los copépodos y otros organismos que conforman el zooplancton es el resultado de la acción de depredadores.
En varios estudios se ha observado, sin embargo, que muchos copépodos muertos son encontrados en muestras de agua de mar, es decir que no han sido comidos, lo cual es un buen indicativo de la tasa de mortalidad que no se debe a los depredadores.
Sin embargo, en las técnicas tradicionales de trabajo con muestras es frecuente que no se tenga en cuenta el estado (vivo o muerto) de los copépodos hallados, tal como subraya Elliott, y por eso es poco lo que se ha sabido hasta ahora acerca de cuántos cadáveres de copépodos suele haber flotando en el agua.
Usando un método que fue mejorado recientemente para facilitar la labor de distinguir entre copépodos vivos o muertos en las muestras de agua de la Bahía de Chesapeake, Elliott y Tang observaron cantidades sustanciales de cadáveres intactos de copépodos.
Y han comprobado que las muertes de copépodos no provocadas por depredadores representan más del 10 por ciento del número total de muertes. Estos resultados aportan una perspectiva más precisa y fiable de cómo la abundancia de copépodos cambia a lo largo del año.