¿Conocemos realmente bien a nuestras amistades?
El tiempo que compartimos con las amistades suele tener un contexto específico en cada caso. A menudo, el del ocio, ya que nos reunimos con los amigos para pasar un rato agradable. Y les conocemos bien en esa clase de situaciones. Pero, ¿sabemos cómo reaccionarían ante situaciones muy diferentes a las habituales y que además fuesen conflictivas? Y, ese grado de conocimiento ¿influye en la solidez de nuestra relación con ellos?
No todas las facetas de la personalidad de alguien son igual de fáciles de conocer. No hace falta tratar mucho a un amigo o amiga para saber si es introvertido, extrovertido, o está en un término medio. También es fácil determinar cuán optimista o pesimista es.
Pero otras facetas de la personalidad de nuestros amigos y amigas pueden resultarnos desconocidas hasta que se produzcan situaciones inusuales o incluso extremas, que nos las revelen.
Las investigadoras Charity A. Friesen y Lara K. Kammrath, ambas de la Universidad Wilfrid Laurier, en Canadá, reclutaron a estudiantes universitarios para que se dejasen analizar. Se solicitó a cada participante que trajera a un amigo o amiga para que participara en el estudio también.
Entonces cada uno de los participantes cumplimentó de forma individual una encuesta. Ésta incluía una lista de descripciones de conductas inusuales que algunas personas podrían encontrar irritantes. Para cada comportamiento, cada encuestado respondió a una pregunta acerca de las reacciones que esa conducta provocaba en ellos y las que creían que podría provocar en su amigo.
Algunas personas conocían bien los comportamientos que su amigo consideraría molestos, mientras que otras casi no tenían idea de cómo reaccionaría. Y eso marcaba una clara diferencia entre clases de amistad. Las personas que tenían mejor conocimiento de cómo reaccionaría su amigo ante distintas situaciones inusuales, solían tener una mejor relación con su amigo, con menos conflictos y menos frustraciones.