Biología
Comprueban en alpinistas cómo la tensión arterial sube con la altura a la que se escala
Tras un análisis minucioso, una expedición al Monte Everest por investigadores italianos ha mostrado por primera vez que la presión sanguínea, vigilada a lo largo de un período de 24 horas, se eleva de forma progresiva a medida que las personas suben a mayor altitud. Los investigadores encontraron también que si bien un fármaco utilizado para rebajar la presión sanguínea, llamado telmisartán, era efectivo para contrarrestar los efectos de la altitud hasta 3.400 metros, no lo era a 5.400 metros por encima del nivel del mar, la altitud del campamento base en el Everest.
Lo descubierto por el equipo de Gianfranco Parati, profesor de medicina cardiovascular en la Universidad de Milán-Bicocca en Italia, tendrá consecuencias no solo para las personas que viven, trabajan o llevan a cabo actividades recreativas, tales como esquiar y hacer trekking (senderismo), a altitudes elevadas, sino también para personas a altitudes más bajas que podrían verse temporalmente privadas del adecuado suministro de oxígeno, un estado conocido como hipoxia. La hipoxia puede provocar el Mal de las Alturas a grandes cotas de altitud, pero también actúa a nivel del mar en gente que sufre de apnea del sueño, cuando su respiración se ve interrumpida temporalmente por una vía respiratoria bloqueada.
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Para el estudio, 13 de los 15 autores del mismo se unieron a una expedición de 47 voluntarios al campamento base sur del Monte Everest (altitud: 5.400 metros). Volaron desde Milán, en Italia (altitud: 120 metros), hasta Katmandú, Nepal (3.400 metros), donde permanecieron durante otros tres días antes de pasar los siguientes cinco escalando hacia el campamento base del Everest, donde se quedaron durante 12 días.






