En los reactores 1, 2 y 3, prosigue el enfriamiento mediante agua dulce, inyectada con bombas a motor que se abastecen de electricidad externa.
En el reactor 1, desde el 6 de Mayo se ha incrementado la cantidad de agua dulce inyectada, pasando de unos 6 metros cúbicos por hora, hasta aproximadamente 8 por hora.
Entre el 8 y el 10 de Mayo, se drenó agua del condensador de la turbina del reactor 3.
El 10 de Mayo se suspendió temporalmente la transferencia de agua con altos niveles de radiactividad del reactor 2 a las instalaciones de tratamiento de residuos nucleares. Ese día y el siguiente también se transfirió agua acumulada en la turbina del reactor 6 a un tanque temporal.
El 11 de Mayo, se roció de agua las piscinas de combustible usado, con el propósito de reducir su temperatura.
En el aspecto económico, el costo astronómico del desastre nuclear, que incluye las indemnizaciones a los sectores agrícola y pesquero locales, y a todos los residentes de la zona con mayor radiactividad, es tan elevado que TEPCO, la compañía propietaria de la central, se declara incapaz de asumirlo, y el gobierno japonés, utilizando dinero del contribuyente, tendrá que sufragar buena parte de los gastos.