Psicología
La información científica trivial que acompañe a un producto puede hacernos confiar más en su eficacia
¿Cree usted en la ciencia? Su fe en la ciencia podría hacerle confiar en información que parezca científica sin serlo, o incluso que sí lo sea pero que en realidad no aporte nada que respalde a la afirmación a la que supuestamente esa información científica está avalando, por ejemplo la eficacia “milagrosa” de un nuevo producto farmacéutico o parafarmacéutico. La información puede limitarse a dejar constancia de otros hechos científicos, con lo cual nadie podrá decir que sea falsa, pero engañará a bastante gente.
Según un nuevo estudio, realizado por Brian Wansink y Aner Tal, de la Universidad Cornell en Ithaca, Nueva York, Estados Unidos, elementos triviales tales como gráficos o fórmulas pueden llevar a los consumidores a creer que los productos son más efectivos. Cualquier cosa que parezca científica puede hacer que la información que leamos sea mucho más convincente. El halo científico aportado por los gráficos, las fórmulas y otros elementos que contengan información trivial aunque con apariencia, real o no, de científica, puede llevar a una creencia inmerecida en la eficacia del producto.
Los autores de la investigación lo han comprobado en experimentos. Presentar a los sujetos de estudio, que ejercían de consumidores, información con apariencia de datos científicos supuestamente avalando la eficiencia del producto anunciado, hacía incrementar la confianza de los sujetos en dicho producto, porque casi cualquier persona asume que la ciencia (o algo que lo parezca) implica verdad.
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La confianza que una persona sienta en la eficacia de un producto, por ejemplo un medicamento, puede aumentar si el producto viene acompañado de información científica, aunque sea trivial y no constituya ningún respaldo real a la supuesta eficiencia del producto. (Imagen: Amazings / NCYT / JMC)
Lo que esto significa, tal como alertan los autores del estudio, es que cuando leemos informaciones sobre nuevos productos, tanto si lo anunciado es un medicamento o una nueva tecnología, deberíamos preguntarnos a nosotros mismos ¿cuál es el respaldo científico real para las afirmaciones que se están haciendo? No dejemos que las cosas que parecen científicas o lo son pero que no nos dicen realmente mucho nos engañen. A veces un gráfico es solo una imagen artística. Escudriñemos lo que leemos de manera que no nos encandile lo que parezca ciencia, ya que la validez científica de los datos que se expongan no presupone que estén avalando la validez del producto, sino que pueden simplemente estar avalando la conveniencia de llevar una vida sana.
O incluso puede que ni siquiera sea información científica real. Al respecto de esto último, en el campo de las pseudociencias abundan los intentos de convencer a la gente de la validez de un producto, una técnica o un poder, recurriendo a una buena guarnición de información que parece científica pero no lo es.



