Arqueología
Revelaciones genéticas sobre el rey Ricardo III y su linaje
Se han presentado oficialmente los resultados finales sobre los primeros análisis de ADN del esqueleto del rey Ricardo III (1452-1485), descubierto en 2012 bajo un aparcamiento de automóviles en la ciudad británica de Leicester.
Ricardo III, el último monarca inglés muerto en una batalla, reinó durante solo dos años, y fue muy odiado en vida y repudiado por buena parte de la sociedad durante siglos. Sus restos mortales tampoco descansaron en paz, sufriendo numerosas vicisitudes y perdiéndose incluso la identificación de dónde estaba enterrado.
Después de una minuciosa búsqueda a cargo de un equipo de arqueólogos e historiadores, en una iniciativa impulsada por la escritora Philippa Langley (de la Richard III Society), se halló en 2012 un esqueleto que encajaba con lo que cabía esperar de Ricardo III, y su identidad no tardó en ser confirmada. Tras haber visto el paso de cinco siglos, esos huesos le están hablando a la ciencia forense moderna sobre lo que ocurrió el 22 de agosto de 1485, cuando el rey luchó en la Batalla de Bosworth hasta su último aliento, y parece que obligarán a reescribir algunas páginas de la historia.
Para el hallazgo fue también decisiva la conservación en archivos históricos de una documentación lo bastante amplia, con utilidad genealógica, donde rastrear el linaje de Ricardo III hasta nuestros días, localizando a dos descendientes vivos de una hermana del rey, Wendy Duldig y Michael Ibsen. Gracias a ello se pudo hacer un análisis de ADN de estas dos personas y comparar los resultados con el análisis de ADN del esqueleto, avalando la identidad de Ricardo III.
Como dato curioso, aunque no sorprendente por las muchas generaciones involucradas y la naturaleza humana, los resultados de los análisis genéticos sugieren que en el linaje hubo un caso, o quizá más de uno, en que la esposa se quedó embarazada de un hombre que no era su marido, manteniéndose en secreto la verdadera paternidad y presentándose oficialmente al marido como el padre de la criatura. No está muy claro cuándo se produjo ese desliz o deslices, pero resulta evidente que de haber acaecido en puntos críticos de la línea sucesoria al trono y de haberse sabido entonces, ello habría cambiado la lista de los monarcas, y a buen seguro el curso de la historia.
El equipo internacional de expertos, encabezado por la Dra. Turi King del Departamento de Genética de la Universidad de Leicester, ha corroborado con una fiabilidad del 99,999 por ciento (en su estimación más conservadora) que los restos mortales encontrados bajo el citado aparcamiento de coches son los de Ricardo III.
Los investigadores usaron también marcadores genéticos para determinar el color del pelo y los ojos de Ricardo III, y encontraron que tenía ojos azules, en tanto que su pelo era rubio o al menos lo fue en su infancia. Estos dos rasgos concuerdan con los mostrados en uno de los retratos más antiguos que de él se conservan, el de la Sociedad de Anticuarios de Londres.
El equipo de investigadores planea ahora secuenciar el genoma completo de Ricardo III para saber más cosas sobre el último rey inglés que murió en batalla.