Geología
Una perforación realizada en la Antártida permite acceder por vez primera a la exótica frontera entre hielo, mar y tierra
Utilizando una broca de agua caliente especialmente diseñada para perforar a través de media milla de hielo (unos 800 metros), un equipo de investigadores se ha convertido en el primero en alcanzar y tomar muestras de lo que se describe como la frontera entre hielo, mar y tierra, donde convergen el hielo, la tierra y el mar. Los datos recogidos a partir de las muestras de sedimento recogidas en dicha zona proporcionarán pistas sobre la mecánica de las capas de hielo y sus efectos potenciales en la elevación del nivel del mar.
Las cámaras enviadas a través del pozo excavado han revelado también una inesperada población de peces e invertebrados que viven bajo la cubierta de hielo, la situada más al sur de entre todas en las que se han encontrado peces. El sorprendente descubrimiento de peces en aguas que son extremadamente frías (2 grados centígrados bajo cero ó 28 grados Fahrenheit) y que se hallan perpetuamente en la oscuridad, plantea nuevos interrogantes sobre la capacidad de la vida para subsistir en entornos extremos.
Utilizando el taladro de agua caliente desarrollado y construido por la Universidad de Nebraska-Lincoln en Estados Unidos, los investigadores perforaron a través de casi 740 metros (casi 2.500 pies) de la Capa de Hielo de Ross (Barrera de hielo de Ross). Con el tamaño de Texas, se trata del mayor bloque de hielo flotante del mundo. Cuando lograron acceder a la frontera entre hielo, mar y tierra, se desplegó una frenética actividad científica de observaciones y recolección de muestras, para aprovechar al máximo el tiempo durante el cual el pozo permaneció abierto.
El equipo del proyecto WISSARD (por las siglas en inglés de Whillans Ice Stream Subglacial Access Research Drilling), que incluye a Ross Powell de la Universidad del Norte de Illinois, John Priscu de la Estatal de Montana, y Slawek Tulaczyk de la de California en Santa Cruz, todas en Estados Unidos, desplegó un minisubmarino robótico controlable a distancia para explorar unos 400 metros cuadrados (4.300 pies cuadrados) de la cavidad marina alrededor del pozo. El vehículo fue desarrollado en la Universidad de Nebraska-Lincoln.
El minisubmarino descubrió una amplia variedad de peces e invertebrados, incluyendo numerosos crustáceos marinos, componentes todos ellos de un ecosistema cuyo estudio aportará información clarificadora sobre cómo sobreviven e incluso prosperan ciertas criaturas en uno de los ambientes más hostiles del mundo.