Un equipo de astrónomos dirigidos desde el Reino Unido ha detectado
monóxido de carbono en la atmósfera de Plutón, después de una búsqueda de casi
dos décadas por científicos de muchas partes del mundo.
Plutón fue descubierto en 1930, y se le consideró el planeta más pequeño de
nuestro sistema solar, y el más distante al Sol.
Sin embargo, desde 2006, se le considera oficialmente un miniplaneta (o
planeta enano). Los miniplanetas, de los que hay ya unos cuantos reconocidos
como tales en nuestro sistema solar, aunque se cree que existen más, son cuerpos
de cientos de kilómetros de diámetro que tienden a girar en torno al Sol en
órbitas lejanas, por regla general más alejadas del Sol que la seguida por
Neptuno.
Plutón es el único miniplaneta del que se sabe que tiene atmósfera, si bien
es muy tenue. Fue descubierta en 1988.
Los resultados del nuevo estudio, obtenidos por el equipo de la astrónoma
Jane Greaves de la Universidad de St Andrews, utilizando el Telescopio James
Clerk Maxwell en Hawái, muestran una fuerte señal delatadora de la presencia de
monóxido de carbono.
Anteriormente, se creía que la atmósfera de Plutón era de un centenar de
kilómetros de espesor, pero los nuevos datos elevan la altitud del límite
superior de la atmósfera a más de 3.000 kilómetros, una cuarta parte de la
distancia que separa a Plutón de su luna más grande, Caronte. El monóxido de
carbono detectado está a una temperatura muy baja, de alrededor de 220 grados
centígrados bajo cero.
En 1989, Plutón hizo su aproximación más cercana al Sol de los últimos
tiempos, algo que sucede muy de tarde en tarde, ya que este astro tarda 248 años
en completar una órbita alrededor del Sol.
Los gases presentes en la atmósfera de Plutón probablemente resultan de la
acción de la radiación solar cuando ésta calienta a la mayor temperatura posible
el hielo de la superficie del miniplaneta. Las mayores temperaturas, un poco más
elevadas que la media, se alcanzan en las épocas en que Plutón está más cerca
del Sol. La mayor incidencia de radiación solar provoca que parte del material
helado pase a estado gaseoso.
La atmósfera resultante de estos periodos de calentamiento es probablemente
la más frágil del sistema solar, ya que las capas superiores de la misma se
acaban dispersando en el espacio.
A diferencia del dióxido de carbono, gas con un importante efecto
invernadero, el monóxido de carbono actúa como refrigerante. El metano, por su
parte, tiene un potente efecto invernadero, que le permite absorber luz solar y
hacer aumentar un poco las temperaturas.
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El metano y el monóxido de carbono constituyen un porcentaje minúsculo de
la atmósfera de Plutón, la cual se cree que está dominada por el
nitrógeno.
El equilibrio entre el metano y el monóxido de carbono es decisivo para los
cambios atmosféricos que registra Plutón al discurrir entre sus largas
estaciones.
El recién descubierto monóxido de carbono podría frenar el escape de la
atmósfera al limitar la expansión excesiva de la misma y la pérdida de parte de
ésta en el espacio, pero si el efecto refrigerante es demasiado grande, podría
ocasionar nevadas de nitrógeno y la congelación de todos los gases, que podrían
así quedar aprisionados en la superficie hasta la llegada de una estación
climática más propicia para que vuelvan al estado gaseoso.