El relleno de porexpán para paquetes se puede reciclar para servir de componentes de baterías

Unos investigadores han ideado un imaginativo método para convertir los “gusanitos” de porexpán, conocidos también como “cacahuetes” de embalaje, “perlas de corcho blanco” y con otros nombres por el estilo, en electrodos de carbono de alto rendimiento para baterías de ión-litio recargables, los cuales superan a los electrodos de grafito convencionales. Ello supone un método de reutilizar estos desechos respetuoso con el medio ambiente.

Las baterías tienen dos electrodos, llamados ánodo y cátodo. Los ánodos en la mayoría de las baterías de ión-litio actuales están hechos de grafito. Los iones de litio están contenidos en un líquido llamado electrolito, y estos iones se almacenan en el ánodo durante la recarga. Ahora, el equipo de Vinodkumar Etacheri, Vilas Pol y Chulgi Nathan Hong, de la Universidad Purdue en West Lafayette, Indiana, Estados Unidos, ha mostrado cómo reciclar los “gusanitos” de porexpán (porespán o porexpan) que ya no vayan a ser reutilizados como relleno para paquetes. El método también abarca pasos para reciclar un material similar, derivado del almidón.

La idea de hallar un modo de reciclar estos rellenos de embalaje surgió a raíz de un caso práctico muy directo. Al preparar su nuevo laboratorio, los investigadores tuvieron que desempaquetar instrumental y la cantidad de relleno usado de los paquetes creció inexorablemente. Pol sugirió idear un modo de hacer algo útil con este relleno.

A partir de esta simple sugerencia, el equipo acabó ideando un proceso, respetuoso con el medio ambiente, para aprovechar este relleno cuando ya no va a ser reutilizado en nuevos paquetes. Y además, en su nuevo uso ha resultado ser notablemente eficaz. Lo encontrado en la investigación indica que los nuevos ánodos pueden cargar más rápido y ofrecen una capacidad específica más elevada en comparación con los ánodos de grafito disponibles comercialmente.

Los pasos principales del proceso para convertir estos rellenos para paquetes en un producto útil para electrodos de carbono de alto rendimiento destinados a baterías recargables de ión-litio, que superan a los electrodos de grafito convencionales, representando además un método respetuoso con el medio ambiente para reutilizar el desecho. (Imágenes: Purdue University / Vinodkumar Etacheri)

Aunque estos materiales para embalaje se utilizan en todo el mundo como solución perfecta para enviar paquetes, son llamativamente difíciles de descomponer, y solo aproximadamente el 10 por ciento se recicla. Debido a su baja densidad, se necesitan enormes contenedores para su transporte hacia un punto de reciclaje, lo cual es caro y no proporciona gran beneficio teniendo en cuenta la inversión inicial hecha en tal reciclaje. Por tanto, este relleno para paquetes acaba a menudo en los vertederos, donde buena parte del mismo permanece intacta durante décadas.

El nuevo método para reciclarlo en un producto más valioso es simple y directo. Por regla general, los “gusanitos” son calentados a una temperatura de entre 500 y 900 grados centígrados en un horno bajo ciertas condiciones, y luego el material resultante puede ser procesado con bastante facilidad para su uso en los ánodos.

El proceso es barato, benévolo con el medio ambiente y potencialmente factible para una fabricación a gran escala.

Las partículas de ánodo disponibles comercialmente son unas 10 veces más gruesas que en el caso de los nuevos ánodos y tienen una resistencia eléctrica más elevada, lo que incrementa el tiempo de recarga.

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