Ecología
La amenaza económica de la acidificación del mar
A menudo, no se da a los problemas ecológicos la atención que merecen, hasta que comienzan a causar pérdidas económicas directas en empresas y sectores comerciales específicos, momento en que la amenaza es por fin percibida como real y tangible. Durante mucho tiempo, ha ocurrido esto con la acidificación paulatina de los océanos, promovida por el aumento de dióxido de carbono en la atmósfera. Poco a poco, la acidificación marítima va teniendo impactos negativos en sitios especialmente vulnerables, amenazando negocios como por ejemplo el de los criaderos de ostras en el litoral de Oregón, Estados Unidos (ver nuestro artículo sobre este caso aquí: http://noticiasdelaciencia.com/not/4228/) o la industria pesquera de Alaska, en el mismo país (http://noticiasdelaciencia.com/not/11252/).
La preocupación creciente sobre el tema en este país ha llevado a realizar el primer análisis de vulnerabilidad a escala nacional ante tal acidificación. Y los resultados no son nada halagüeños. Las comunidades costeras, en 15 estados, que dependen de la industria de los moluscos con concha (principalmente ostras y almejas), que alcanza los 1.000 millones de dólares, se encuentran ante un riesgo económico a largo plazo debido a la amenaza cada vez mayor de la acidificación oceánica.
El Pacífico noroccidental ha sido la región con poblaciones de marisco vulnerables más frecuentemente citada, pero el informe elaborado por el equipo de George Waldbusser, de la Universidad Estatal de Oregón en Corvallis, y Julia A. Ekstrom, ahora en la Universidad de California en Davis, ambas instituciones en Estados Unidos, pone de manifiesto que existen nuevas áreas identificadas de riesgo ante la acidificación, incluyendo zonas como Maine, la bahía de Chesapeake, y los pantanos de Luisiana.
La acidificación oceánica ha costado ya a la industria de las ostras en el Pacífico noroccidental casi 110 millones de dólares en pérdidas, y amenaza a unos 3.200 empleos, tal como subraya Ekstrom.
El análisis identificó varias “zonas calientes” que se enfrentan a una serie más grave de factores de riesgo:
- Pacífico noroccidental: Las costas y estuarios de Oregón y Washington tienen una potente combinación de factores de riesgo, incluyendo aguas frías, corrientes ascendentes que acercan aguas corrosivas a la superficie, ríos corrosivos y ciertas clases de contaminación transportadas al mar mediante la escorrentía desde áreas de tierra firme.
-Nueva Inglaterra: Algunos puertos en Maine y el sur de New Hampshire presentan ríos problemáticos que penetran en las aguas frías de Nueva Inglaterra, poseyendo niveles altos de dióxido de carbono.
-Atlántico Medio: Los estuarios de la costa este, incluyendo la Bahía de Narragansett, la de Chesapeake, y el estrecho de Long Island, tienen una abundante contaminación por nitrógeno, que empeora la acidificación oceánica en aguas que son ricas en marisco.
-Golfo de México: Las zonas de Terrebonne y Plaquemines en Luisiana, y otras comunidades en la región, tienen economías marisqueras basadas casi totalmente en las ostras, proporcionando pocas opciones para una pesca de moluscos alternativos y posiblemente más resistentes.