Biología
Una proteína de las garrapatas salva de daños por congelación a ratones
Una proteína que ayuda a las garrapatas a protegerse de daños causados por la congelación también logra lo mismo en ratones, tal como se ha comprobado en unos experimentos recientes. La investigación es la primera en demostrar la capacidad de la proteína para potenciar la resistencia a la congelación en un mamífero adulto.
Algunas especies animales, tales como garrapatas y peces, tienen proteínas anticongelantes que ayudan a protegerlas de las situaciones de frío extremo. Sin embargo, los mamíferos de sangre caliente no poseen tales proteínas en sus genomas y pueden sufrir daños serios debido al frío, y en especial a la congelación.
El equipo del Dr. Erol Fikrig, de la Escuela de Medicina en la Universidad Yale en New Haven, Connecticut, Estados Unidos, se propuso averiguar si sería posible proteger a los mamíferos de los daños producidos por el frío dotando a sus cuerpos de un anticongelante.
Estos investigadores introdujeron una proteína anticongelante obtenida a partir de una garrapata en células de ratones así como en ratones completos vivos. Primero ensayaron la resistencia a la congelación en muestras de piel de ratones que fueron tratadas con la proteína anticongelante y en muestras de piel de ratones sin dicho tratamiento. Las muestras fueron almacenadas a 4 grados centígrados durante cuatro días. Concluidos los cuatro días, las células de piel de los ratones que recibieron el tratamiento se encontraban en mejores condiciones que las otras células, e incluso habían aumentado en número.
Los investigadores también compararon el efecto de la proteína anticongelante en colas completas de ratones. Después de siete días de exposición al frío, el 60 por ciento de los ratones tratados no mostraban ningún signo visible de daños por congelación, frente a tan solo el 11 por ciento de los ratones no tratados. Las colas de los ratones tratados también mostraron menos señales de inflamación relacionadas con daños por congelación que las de los otros ratones.
Los autores del estudio comprobaron que la proteína anticongelante impide los daños acarreados por el frío gracias a que limita el crecimiento de los cristales de hielo que de otro modo dañarían el tejido. Este estudio muestra que dotar de una adecuada proteína anticongelante al cuerpo de un animal de sangre caliente, provoca en él una actividad anticongelante que puede proteger al animal de la congelación.
Si bien se necesita investigar más antes de comenzar a ensayar las posibles aplicaciones que el hallazgo podría tener más allá de proteger a ratones, estas son fáciles de vislumbrar. La más obvia es como protección general ante los daños causados por temperaturas muy bajas, lo que podría beneficiar a muchas personas en situaciones críticas. Pero hay otras. Una de ellas podría ser, en el caso de los trasplantes de órganos, para ayudar a prolongar la cantidad de tiempo que los órganos pueden permanecer en almacenamiento frío antes del trasplante.