Astronáutica
Lanzada la Dragon CRS-6
La empresa SpaceX lanzó el 14 de abril un nuevo vehículo de suministros en dirección a la estación espacial internacional. La Dragon CRS-6 partió desde Cabo Cañaveral a las 20:10 UTC, a bordo de un cohete Falcon-9 v1.1, y fue situada en una órbita baja que permitirá su unión al complejo orbital el próximo viernes.
La CRS-6 transporta 2,2 toneladas de material para hacer posibles 40 experimentos que se llevarán a cabo durante las expediciones de larga duración números 43 y 44, incluyendo trabajos sobre biología, biotecnología, ciencias físicas y ciencias terrestres, y también recambios y otros artículos. Además, lleva a bordo equipos necesarios para la instalación de dos adaptadores de acoplamiento, que posteriores Dragon llevarán hasta la estación.
El lanzamiento se llevó a cabo conforme a lo previsto. Se espera que el 17 de abril la astronauta de la ESA, Samantha Cristoforetti, utilice el brazo robótico Canadarm-2 para capturar la nave y acoplarla al complejo, con la ayuda de Terry Virts. La Dragon CRS-6 permanecerá unas cinco semanas en el espacio, transcurridas las cuales regresará a la Tierra y será recuperada con casi una tonelada y media de material.
Junto a la astronave viajaron varios pequeños satélites. Por un lado, han viajado 14 satélites de la serie Flock-1e, de unos 5 Kg de peso y basados en una plataforma Cubesat 3U, los cuales han sido construidos y son propiedad de la empresa Planet Labs. Disponen de paneles solares y servirán para observar la Tierra desde órbitas bajas. Por otro lado, la carga de la misión ha incluido otro 3U llamado Arkyd-3R, que sustituye a otro idéntico que se perdió en octubre, durante la explosión del cohete Antares. Propiedad de Planetary Resources, el también llamado A3R pesa unos 4 Kg y ensayará equipos para los futuros Arkyd-100, que deberán utilizar un telescopio para detectar asteroides. Por último, el lanzamiento incluyó al Centennial-1, un Cubesat 1U de 1 Kg de peso de la compañía Booz Allen Hamilton, que transporta un sensor óptico para la US Air Force. Todos estos satélites serán llevados al módulo japonés Kibo y allí esperarán para ser lanzados al espacio de forma independiente durante los próximos meses.
Otro de los alicientes de la nueva misión Dragon fue sin duda el intento de recuperación de la primera etapa del cohete Falcon. Todas las operaciones de descenso parecieron desarrollarse correctamente, y el vehículo, utilizando un único motor Merlin, frenó su trayectoria para llevarla justo sobre la barcaza que le esperaba en alta mar. Sin embargo, los últimos metros fueron erráticos. Un problema en una válvula dificultó el control y el cohete recorrió la fase final demasiado inclinado. Aunque pareció posarse de forma vertical, la inercia, o una velocidad lateral excesiva, acabó por tumbar la etapa, que cayó y fue destruida en el impacto. Todo parece indicar que los ingenieros de SpaceX van puliendo poco a poco la maniobra de recuperación, y que muy pronto lo lograrán. Si es así, tendrán una notable ventaja sobre la competencia, gracias al ahorro de dinero que supondrá reutilizar esta fase propulsiva.
Hace pocos días, la compañía que gestiona los cohetes Delta-IV y Atlas-V (ULA) anunció que va a iniciar el desarrollo de un nuevo cohete que los sustituirá, llamado Vulcan. Una de sus bazas también será la reutilización, pero sólo del sistema de motores, que descenderá y será capturado en el aire. Así pues, durante los próximos años asistiremos a una interesante competición entre la ULA y SpaceX.