Biología
¿También los centriolos y no solo los genes transmiten información genética?
Se ha descubierto que ciertas estructuras celulares, los centriolos, podrían actuar como transmisores de información a través de generaciones de células. El descubrimiento sugiere que la transmisión de la información biológica podría no ser exclusiva de los genes.
Los centriolos son estructuras con forma de tonel ubicadas dentro de las células y hechas de múltiples proteínas. Son actualmente el objetivo de estudio de muchas investigaciones, dado que las mutaciones en las proteínas que los constituyen pueden causar una amplia gama de enfermedades, incluyendo anomalías en el desarrollo, trastornos respiratorios, esterilidad masculina y cáncer.
El laboratorio de Pierre Gönczy, en el Instituto Suizo de Investigación Oncológica Experimental, dependiente de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL) en Suiza, ha determinado que los centriolos originales de un óvulo fertilizado, los cuales proceden solo del padre, persisten a través de decenas de divisiones celulares en el embrión en desarrollo. El sorprendente hallazgo sugiere que los centriolos podrían en realidad ser portadores de información, una posibilidad con profundas repercusiones para la ciencia de la biología y el tratamiento de numerosas enfermedades.
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Mejor conocidos quizá por su papel en la división celular, los centriolos aseguran que los cromosomas sean adecuadamente transmitidos a las nuevas células hijas. Sin embargo, también se los encuentra en cilios, las largas estructuras parecidas a pestañas que permiten a muchas células del cuerpo enviar señales a sus vecinas y a otras exhibir motilidad, por ejemplo, en las células que recubren el aparato respiratorio. Durante la reproducción, ambos progenitores aportan material genético, aunque el óvulo femenino es el que dona la mayor parte de los orgánulos celulares, como las mitocondrias. No obstante, los centriolos del embrión recién fertilizado proceden exclusivamente del esperma del macho, trayendo con ellos cualquier eventual defecto paterno, que dejará sentir sus efectos en las primeras células del embrión.
El equipo de Gönczy, Fernando R. Balestra y Lukas von Tobel ha encontrado que los centriolos pueden transportar dicha información desde esas primeras células hasta las muchas de un embrión en desarrollo, a través de varias generaciones celulares. El estudio se centró en el gusano C. elegans, que se emplea habitualmente como organismo modelo para examinar el desarrollo embrionario y las enfermedades genéticas humanas. Como en otras especies, incluyendo el Ser Humano, los centriolos en C. elegans solo proceden de las células espermáticas.



