Geología
El gran impacto meteorítico de Chicxulub y las colosales erupciones volcánicas de la India, ¿solo una coincidencia?
La caída de un gran objeto cósmico (un asteroide o quizá un cometa) a la Tierra y una serie de erupciones volcánicas colosales son dos catástrofes, de hace unos 66 millones de años, culpables de la extinción de los dinosaurios y otros seres vivos, de las que hoy perduran huellas geológicas. El cráter de Chicxulub, en la península de Yucatán, México, es la principal cicatriz de la primera. Los traps de la meseta de Decán (el término "traps" deriva de la palabra sueca "trapp", que significa escalón), situada en la zona Centro-Oeste de la India, son marcas dejadas por esas apocalípticas erupciones volcánicas.
Ambos cataclismos ocurrieron casi al mismo tiempo. La caída de un gran objeto cósmico puede provocar erupciones volcánicas a gran escala, pero obviamente no a la inversa. Sin embargo, diversas dataciones en los últimos años han indicado que las erupciones colosales que forjaron los traps de la meseta de Decán, expulsando allí una cantidad total de lava que ocupó 1,5 millones de kilómetros cuadrados, dejando otras cicatrices geológicas y probablemente emitiendo suficiente cantidad de compuestos tóxicos como para envenenar la atmósfera y los mares, se desencadenaron antes del impacto del objeto cósmico y no después. Este misterio ha generado una notable controversia.
Parece mucha casualidad que dos catástrofes sin relación, como según algunas investigaciones fueron esas, coincidan con tan poca diferencia en el tiempo. Teniendo en cuenta que 250.000 años, el lapso entre una y otra, son un parpadeo en la escala geológica temporal y resultan difíciles de medir con toda certeza cuando se retrocede 66 millones de años, quizá esa diferencia cronológica sea un error y en realidad ambas catástrofes coincidieron con toda exactitud en el tiempo. De ser así, no se habría producido ninguna casualidad; la caída del asteroide pudo haber desencadenado esas colosales erupciones volcánicas.
![[Img #27411]](upload/img/periodico/img_27411.jpg)
Hacia esta última explicación apuntan las conclusiones a las que en su reciente investigación ha llegado el equipo internacional de Mark Richards, de la Universidad de California en Berkeley, Estados Unidos.
Richards y sus colegas argumentan que las pruebas históricas sobre desencadenamiento de erupciones volcánicas a consecuencia de grandes terremotos, junto con una amplia gama de otros datos, apuntan a que la masiva expulsión de lava que forjó los traps de la meseta de Decán probablemente fue provocada por el impacto de Chicxulub. No se trataría pues de dos catástrofes independientes coincidiendo por casualidad en una misma época. En palabras de Richards, las probabilidades de que ambas no estén relacionadas pero hayan coincidido de manera aleatoria en el tiempo son minúsculas. "No es una coincidencia muy creíble”, sentencia.



