Bioquímica
Biotecnología para “destilerías caseras” de fármacos… y de drogas
Los aficionados a elaborar cerveza en casa con una pequeña destilería montada en el garaje, ya saben cómo emplear levadura para convertir azúcar en alcohol. Pero un equipo internacional de bioingenieros ha ido mucho más lejos al completar pasos clave necesarios para convertir a la levadura alimentada con azúcar en una fábrica microbiana para producir morfina, útil en el ámbito médico pero también esencial en drogas como el opio o la heroína.
A lo largo de la pasada década, diversos laboratorios de biología sintética han estado trabajando en la reproducción exacta en microbios de una vía química compleja, en 15 pasos, de la adormidera o “planta del opio”, para permitir la producción de medicamentos. Los equipos de investigación han recreado de manera independiente las diferentes secciones de esa vía, utilizando bacterias E. coli o bien levaduras, pero lo que ha faltado hasta ahora fueron los pasos finales que permitirían a un único organismo realizar la tarea desde el principio hasta el final.
En un nuevo estudio, el equipo del bioingeniero John Dueber, de la Universidad de California en Berkeley, Estados Unidos, y el microbiólogo Vincent Martin, de la Universidad de la Concordia en Montreal, Canadá, ha logrado superar el problema reproduciendo los pasos iniciales de la vía bioquímica en una cepa modificada de levadura. Los investigadores consiguieron sintetizar reticulina, un compuesto presente en la adormidera, a partir de la tirosina, obtenida a su vez a partir de la glucosa.
Aunque el avance logrado será sin duda beneficioso para la humanidad, en malas manos podría tener usos negativos, como técnica para elaboración clandestina de drogas en cualquier vivienda y de manera más eficiente que con los medios actuales. Los autores del estudio y otros expertos instan a las autoridades a tomar las medidas oportunas para controlar el acceso a las nuevas levaduras farmacológicas de las que se pueda hacer un mal uso.
A la derecha se hallan células de levadura que producen un pigmento amarillo que los autores del estudio utilizaron para identificar rápidamente enzimas esenciales en la producción de los metabolitos de la adormidera que podrían llevar a la morfina, antibióticos y otros fármacos. (Foto: William DeLoache)
Dueber estima que probablemente estamos ante un plazo de un par de años, no de una década o más, a partir del cual la levadura alimentada con azúcar podría producir de forma sostenida y fiable alguna sustancia que requiera de vigilancia legal. Según Dueber, ahora es el momento de tomar medidas para controlar debidamente esta área de investigación. En este campo científico, las cosas se están moviendo sorprendentemente rápido, y es vital tomar la delantera frente a eventuales malos usos de esta tecnología que puedan apoyarse en un vacío legal o en una falta de control.
Las personas con acceso a la cepa adecuada de levadura y con conocimientos básicos en fermentación serían capaces de cultivarla y producir cantidades apreciables de ella de manera clandestina y sin tener que usar más que el equivalente biotecnológico a un sistema de destilación casero.
Los expertos recomiendan dar acceso a las variedades modificadas de levadura solo a laboratorios con instalaciones autorizadas y a los investigadores con licencia, ya que sería difícil detectar y controlar el transporte ilegal de tales cepas.
Aunque dichas medidas de control legal pueden ayudar, a Dueber le preocupa que una vez la información sobre cómo crear una variedad productora de opiáceos se haga pública, cualquiera con conocimientos de biología molecular podría teóricamente obtenerla.