Psicología
A los tres años de edad ya reconocemos las injusticias y sentimos el impulso de combatirlas
En la sociedad humana, se estimula a menudo la cooperación por el bien común mediante el castigo a los que actúan de forma egoísta y se benefician a costa de perjudicar a los demás. Sin embargo, estudios anteriores han mostrado que los chimpancés no castigan a los individuos del tipo descrito, los granujas, a menos que ellos mismos se hayan visto perjudicados directamente. Una forma de entender las raíces de la justicia en la sociedad humana es estudiar la aparición temprana del rasgo en niños pequeños.
Los niños pequeños tienen la reputación de ser tozudos, egoístas e incapaces de compartir juguetes, golosinas y otras cosas. Pero una nueva investigación indica que niños tan jóvenes como tres años muestran en realidad un nivel sorprendente de preocupación por los otros y un sentido intuitivo de justicia reparadora.
El equipo de Katrin Riedl, del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Leipzig, Alemania, y Keith Jensen, de la Universidad de Manchester en el Reino Unido, ha comprobado en este estudio mediante experimentos que los niños pequeños prefieren devolver objetos perdidos a sus propietarios genuinos.
Si por alguna razón eso no es posible, estos niños pequeños evitarán aún que un tercero se apodere de lo que no le pertenece.
Lo que es más, tanto los niños de tres como los de cinco años tienen la misma inclinación a responder ante las necesidades de otro individuo (incluso cuando este es un muñeco) que ante las suyas propias.
Este hallazgo podría ofrecer nueva y reveladora información sobre la naturaleza de la propia justicia.
La conclusión principal de la nueva investigación es que preocuparse por los demás, lo que se manifiesta por ejemplo en la empatía, es un pilar fundamental del sentido de justicia.