Biología
Hallan una base científica para la creencia popular de que las glándulas mamarias “recuerdan” lactancias anteriores
La sabiduría popular, a partir de lo explicado por algunas madres lactantes, ha sugerido desde hace tiempo que dar leche es mucho más fácil durante segundos y posteriores embarazos, en comparación con el primero. Ahora, una investigación lo corrobora y explica cómo ocurre el fenómeno.
Este estudio, realizado por el equipo de Greg Hannon y Camila dos Santos, del Laboratorio de Cold Spring Harbor, en el estado de Nueva York, Estados Unidos, muestra que la glándula mamaria crea una “memoria” de largo plazo del embarazo, que la prepara para responder a los cambios hormonales que anuncian embarazos posteriores. En ratonas que ya fueron gestantes anteriormente, la glándula mamaria responde antes y produce más estructuras ductales ramificadas, utilizadas durante la lactancia. El “recuerdo” se conserva durante los años reproductivos de la hembra.
Aunque la investigación se ha hecho con ratonas, los resultados son extrapolables al género humano.
El equipo de investigación lanzó la hipótesis de que el embarazo podría alterar la receptividad de la glándula ante las hormonas relacionadas con él. En concreto, buscaron determinar si esto podía ocurrir a través de cambios en un grupo de marcas químicas que se enlazan al ADN, el material genético. Tales marcas se denominan marcas epigenéticas, y su presencia o ausencia en lugares particulares en el genoma puede evitar que los genes se expresen, o por el contrario promover su expresión.
Los investigadores hallaron que las células obtenidas de ratonas jóvenes que habían pasado por un único embarazo tenían marcas de metilación que eran sustancialmente diferentes de las marcas en las células obtenidas de ratonas de la misma edad que nunca habían estado embarazadas. A partir del conocimiento de estos cambios, los investigadores pudieron rastrear muchos de ellos hasta lugares en el genoma en los que se enlaza un único factor de transcripción, llamado Stat5a. Como todos los factores de transcripción, Stat5a se une al ADN y al hacerlo cambia la forma en que un gen o genes específicos son expresados.
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Estas imágenes muestran el efecto de las hormonas del embarazo después de 6 y 12 días sobre el tejido de la mama en ratonas que nunca habían estado embarazadas (fila de arriba), y en ratonas que ya lo habían estado una vez con anterioridad (fila de abajo). La glándula mamaria en ratonas previamente embarazadas responde antes y produce más estructuras ductales ramificadas, utilizadas en la lactancia. (Foto: Hannon lab, CSHL)
Lo descubierto por el equipo de Hannon y Dos Santos muestra que un primer embarazo borra muchas marcas de metilación que están presentes a lo largo de la vida previa al embarazo. Durante el primero, según sugiere el equipo, Stat5a se enlaza al ADN en ciertos tipos de células de epitelio mamario, en lugares próximos a genes que necesitan ser activados durante el embarazo, en concreto, genes implicados en la lactancia.
Tal y como el equipo mostró en ratonas, cuando una hembra que ya ha estado embarazada una vez recibe hormonas cuya acción simula un embarazo real, las ratonas responden más rápidamente que las que nunca lo han estado y que reciben las mismas hormonas. En las ratonas previamente embarazadas, las glándulas mamarias empiezan a expandirse más rápido y también antes que las que experimentan el efecto de las hormonas del embarazo por primera vez. En cierto modo se puede decir, por tanto, que las glándulas mamarias “recuerdan” a esas hormonas.



