La mujer es más propensa que el hombre a dejar a su pareja en el matrimonio que en una unión no matrimonial

La mujer tiene más probabilidades que el hombre de iniciar procedimientos de divorcio, pero ambos tienen las mismas de finalizar sus relaciones de pareja no matrimoniales, al menos según los resultados de un nuevo estudio realizado sobre una muestra de población estadounidense.

La investigación hecha por Michael Rosenfeld, profesor de sociología en la Universidad de Stanford, California, Estados Unidos, indica por tanto que las rupturas de las relaciones heterosexuales no matrimoniales en Estados Unidos son bastante neutrales en cuanto al género y relativamente igualitarias. Esto ha resultado ser una sorpresa, tal como subraya Rosenfeld. Las investigaciones anteriores que se habían hecho sobre quién quería cortar la relación se habían centrado tan solo en los divorcios, de matrimonios oficialmente establecidos como tales. Las mujeres parecen desempeñar un papel preponderante a la hora de poner en marcha los divorcios en Estados Unidos, al menos desde los años 40 del siglo pasado, que es lo más atrás que se remontan en el tiempo los datos con la suficiente consistencia, que proceden de varias fuentes.

Para el nuevo análisis, Rosenfeld se ha valido de datos de 2.262 adultos, de edades comprendidas entre los 19 y los 94 años, que tenían pareja del sexo opuesto en 2009. En 2015, 371 de estas personas habían roto su relación o se habían divorciado.

Rosenfeld encontró que las mujeres iniciaban el 69 por ciento de todos los procedimientos de divorcio, frente a tan solo el 31 por ciento para el caso de los hombres. En cambio, no había una diferencia estadísticamente significativa entre el porcentaje de rupturas sentimentales comenzadas por hombres y mujeres no casados, sin importar que hubieran estado conviviendo o no con sus parejas.

Algunos sociólogos argumentaron en su día que las mujeres comienzan la mayoría de los procesos de divorcio porque son más sensibles a las dificultades en las relaciones de pareja. Rosenfeld pone en tela de juicio la validez de esta hipótesis, argumentando que si fuera cierta, las mujeres iniciarían en igual medida la ruptura tanto de matrimonios como de relaciones no matrimoniales.

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