Neurología
¿Una proteína de la depresión?
Se sabe que los cerebros deprimidos tienen a menudo menos componentes bioquímicos esenciales que aquellos que no lo están. Pero un descubrimiento reciente sobre una proteína llamada FGF9, es del signo contrario. En este caso, las personas con depresión fuerte (la denominada comúnmente como “depresión mayor”) tenían un 32 por ciento más de FGF9 en una zona clave de sus cerebros que aquellas sin este trastorno. En ratas, niveles crecientes de FGF9 llevaron artificialmente a cambios de comportamiento parecidos a la depresión, y un estrés social repetitivo ocasionó que los niveles de FGF9 en el cerebro aumentaran.
Tomados como un todo, los hallazgos proporcionan evidencias adicionales claras de que la depresión es una enfermedad física. Si la FGF9 o sus efectos demuestran ser una buena diana para fármacos, el descubrimiento podría acabar ayudando a desarrollar mejores medicamentos para esta afección mental que afecta a millones de personas en el mundo.
Este papel de la FGF9 lo ha descubierto el equipo de Huda Akil y Elyse Aurbach, de la Universidad de Michigan en la ciudad estadounidense de Ann Arbor. El hallazgo se basa en años de observaciones basadas en comparaciones detalladas de tejido cerebral donado por personas con y sin depresión, y en múltiples estudios en ratas.
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Dado que los fármacos que bloquean la producción excesiva de alguna sustancia en el cuerpo causan por regla general menos efectos secundarios que aquellos dirigidos a incrementar la producción de alguna sustancia, el equipo de investigación cree que el hallazgo del papel que la FGF9 tiene en la depresión podría ser prometedor en cuanto al desarrollo de una nueva clase de antidepresivos.

