Paleontología
Sorpresa en el hallazgo de un feto de animal semejante a un caballo y de hace 48 millones de años
Se ha descubierto un feto de hace 48 millones de años, parecido a un caballo, tras un largo y minucioso análisis de restos hallados tiempo atrás en un yacimiento paleontológico cerca de Fráncfort, en Alemania.
Jens Lorenz Franzen, del Museo de Historia Natural de Basilea en Suiza, Jörg Habersetzer, del Instituto Senckenberg de Investigación en Fráncfort, y Christine Aurich, de la Universidad de Viena en Austria, evaluaron los huesos y la anatomía del animal equino y usaron microscopia electrónica de barrido de alta resolución (SEM) y microrrayos X de alta resolución para describir el feto de unos 12,5 centímetros. Este parece estar bien conservado para su antigüedad, con casi todos los huesos presentes y conectados, excepto el cráneo, que al parecer fue aplastado. Las condiciones de buena conservación del fósil han permitido a los investigadores reconstruir la apariencia original y la posición del feto. Estiman que la madre pudo morir poco antes del nacimiento, pero no creen que la muerte estuviera relacionada con este último.
Franzen, Habersetzer y Aurich encontraron también tejido blando conservado, como la placenta y el útero, así como un ligamento uterino ancho, que podría representar el registro fósil más temprano del sistema uterino de un mamífero placentario.
Esqueleto de una hembra de Eurohippus messelensis, mostrada con el feto (elipse blanca). El espécimen fue descubierto y desenterrado por un equipo del Instituto Senckenberg de Investigación de Fráncfort, en Grube Messel (Alemania; inv. no. SMF-ME-11034). La altura del lomo es de unos 30 centímetros. La barra de escala es de 10 centímetros. (Foto: Franzen et al. /Senckenberg Forschungsinstitut Frankfurt, Sven Tränkner)
Aplicando microscopia electrónica de barrido de alta resolución, los autores del estudio descubrieron asimismo un “jardín” bacteriano reemplazando a los tejidos blandos, como es habitual con otros especímenes encontrados en esa área. Lo sorprendente es que los detalles observables corresponden en gran medida a yeguas actuales, lo que lleva a los investigadores a suponer que el sistema reproductor estaba ya altamente desarrollado durante el Paleoceno, y posiblemente incluso antes, algo inesperado para muchos.