Artículo de Alfonso M. Corral, en ¡Cuánta Ciencia!, que recomendamos por su interés.
Estando la información genética guardada de forma ordenada en el genoma, la rotura de la famosa doble hélice es un suceso especialmente dañino para la célula.
Y el gran tamaño de los cromosomas hace que no sea infrecuente que se den roturas.
De hecho, se calcula que nuestras células pueden llegar a sufrir diariamente unas 10.000 alteraciones en su genoma.
Como no podía ser de otra manera, existen en la célula diversos sistemas encargados de reparar los daños que se van produciendo de una forma tan constante
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