Astrofísica
La ionización del entorno de un agujero negro
Mediante el estudio de los rayos X emitidos cuando gases sobrecalentados caen hacia distantes y masivos agujeros negros, unos astrofísicos han encontrado un modo decisivo de verificar una teoría conocida desde hace tiempo y que describe la física extrema que se manifiesta cuando la materia cae, en un torbellino o disco de acreción, hacia estos objetos masivos.
La materia que está cayendo hacia un agujero negro emite enormes cantidades de energía que puede escapar como luz visible, radiación ultravioleta y rayos X. Esta energía puede también impulsar flujos de gas y polvo, alejándolos del agujero negro, y afectando así al crecimiento y la evolución de las galaxias que contienen a los agujeros negros en su centro.
Comprender los procesos complejos que se producen en estos núcleos galácticos activos es vital para las teorías que describen la formación de galaxias como la vía láctea y, por lo tanto, es objeto de intensa investigación.
Aunque la luz no puede escapar de los agujeros negros, aquellos que tienen discos de acreción (nubes de materia girando en un torbellino alrededor del agujero, con la materia más cercana siendo engullida), están entre los objetos más luminosos de las galaxias. Al estudiar cómo interactúan la radiación y el disco de acreción, los astrofísicos pueden aprender mucho acerca de los campos gravitacionales extremos, las fuerzas magnéticas y los procesos de radiación cerca de estos agujeros negros.
El equipo de David Ballantyne del Instituto de Tecnología de Georgia, en Estados Unidos, examinó los datos reunidos por telescopios espaciales en los últimos años y ha comprobado que cuanto más rápidamente un agujero negro engulle la materia, más ionizado estará el disco de acreción.
Esto valida parcialmente la citada teoría sobre los discos de acreción, que describe la física extrema que se manifiesta cuando la materia de tales discos cae hacia un agujero negro.