Cosmología
Cómo se formó nuestra galaxia
Utilizando el Telescopio Espacial Hubble de la NASA para llevar a cabo una “excavación arqueológica cósmica” en el corazón de nuestra galaxia, la Vía Láctea, unos astrónomos han sacado a la luz lo que podría definirse como los planos de su fase de construcción temprana.
Observando en las profundidades del concurrido núcleo de estrellas de la Vía Láctea, el equipo de Annalisa Calamida, del Instituto de Ciencia del Telescopio Espacial (STScI) en Baltimore, Maryland, Estados Unidos, ha obtenido detalles reveladores de una población de enanas blancas de gran antigüedad, los restos ardientes de estrellas que en una época anterior estuvieron activas en el núcleo y brillaron muchísimo más que ahora. Encontrar por fin a estas reliquias puede ser la clave para obtener pistas sobre cómo exactamente se formó nuestra galaxia, en un proceso que data de mucho antes de cuando se formaron la Tierra y nuestro Sol.
El análisis de datos obtenidos en esas observaciones realizadas por el telescopio espacial Hubble apoya la idea de que el abultamiento central o bulbo de la Vía Láctea se formó primero y que sus habitantes estelares nacieron muy rápidamente, en menos de unos 2.000 millones de años. El disco de estrellas de segunda y tercera generación de la galaxia creció más lentamente en el extrarradio, rodeando el bulbo central como un sombrero gigante.
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Como cualquier reliquia arqueológica, las enanas blancas contienen la historia de una era ya pasada. Albergan información sobre las estrellas que existieron hace unos 12.000 millones de años y que se consumieron como tales convirtiéndose en enanas blancas. A medida que estos rescoldos moribundos de estrellas antaño muy brillantes se enfrían, sirven como calendarios de miles de millones de años de duración en los que se ofrece una cronología básica de partes de la historia antigua de la Vía Láctea.



