Antropología
Los genes neandertales son responsables de una parte importante de nuestra fortaleza inmunitaria
Cuando, muchos miles de años atrás, los humanos anatómicamente modernos se encontraron con los neandertales en Europa, y las dos especies empezaron a mezclarse, el intercambio genético dejó en las nuevas generaciones de humanos anatómicamente modernos variaciones genéticas que han aumentado, en quienes las poseen, su capacidad de luchar contra infecciones.
Los descubrimientos hechos en dos estudios independientes cuyos resultados se han presentado recientemente confirman el importante papel de las relaciones entre especies en la evolución humana, y específicamente en la evolución del sistema inmunitario innato, que actúa como la primera línea de defensa del cuerpo contra las infecciones.
El equipo de Janet Kelso, del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Leipzig, Alemania, y Lluís Quintana-Murci, del Instituto Pasteur en París, Francia, encontró que el mestizaje con humanos anatómicamente arcaicos (los neandertales y los denisovanos) ha influido en la diversidad genética de los genomas humanos actuales, incluyendo tres genes del sistema inmunitario innato. Estos, y otros genes parecidos presentan niveles más altos de ascendencia neandertal que el resto del genoma codificante.
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Este mapa mundial muestra las frecuencias de los genes TLR de tipo neandertal en una base de datos de 1.000 genomas. El tamaño de cada punto es proporcional al número de individuos portadores dentro de una población. (Imagen: Dannemann et al./American Journal of Human Genetics 2016)
Estudios anteriores han mostrado que de un 1 a un 6 por ciento de los genomas euroasiáticos modernos fue heredado de homininos primitivos, como neandertales o denisovanos. Los dos nuevos estudios ponen de manifiesto la importancia funcional de esta herencia en los genes TLR1, TLR6 y TLR10. Estos genes TLR se expresan en la superficie celular, donde detectan componentes de bacterias, hongos y parásitos, y reaccionan a ellos. Estos receptores inmunitarios son esenciales para suscitar respuestas inflamatorias y antimicrobianas, así como para activar una respuesta inmunitaria adaptativa.



