Ciencia de los Materiales
Batería recargable de metales líquidos, ¿la clave para almacenamiento barato de electricidad en centrales eléctricas?
Una novedosa batería recargable podría un día quizá no muy lejano ejercer un papel esencial en la expansión a gran escala de la energía solar que la humanidad necesita realizar para mitigar el cambio climático global. La nueva batería de alta capacidad, diseñada por científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), en la ciudad estadounidense de Cambridge, con el objetivo de almacenar energía en la red eléctrica, consta de metales fundidos que se separan de forma natural para formar dos electrodos en capas, en sendos lados del electrolito fundido de sal situado entre ellos.
Las pruebas llevadas a cabo por el equipo de Donald Sadoway y David Bradwell con prototipos hechos de materiales de bajo coste y abundantes en la Tierra confirman que la batería líquida opera de forma eficiente sin perder capacidad de forma significativa ni degradarse mecánicamente, problemas habituales en las baterías actuales con electrodos sólidos.
Estos investigadores han demostrado también la eficacia de un proceso sencillo y de bajo coste para la fabricación de prototipos de su batería, y los planes futuros prevén pruebas de campo sobre redes eléctricas a pequeña escala, que incluyan procesos de generación energética intermitente como el solar o el eólico.
La capacidad de almacenar grandes cantidades de electricidad y suministrarla más tarde cuando se la necesite será esencial si las fuentes de energía renovables intermitentes como las citadas tienen que ser desplegadas a las escalas que ayuden a mitigar el cambio climático durante las próximas décadas.
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Tal almacenamiento a gran escala haría asimismo a la red eléctrica actual más resistente y eficiente, permitiendo a las compañías eléctricas sustituir con electricidad de reserva a la inaccesible temporalmente por culpa de averías y solventar así con la máxima rapidez los apagones; o también satisfacer picos de demanda temporales. Todo ello sin mantener una capacidad de generación extra que se use solo ocasionalmente y que debido a ello resulte cara por su poco aprovechamiento.
Una batería para la red de suministro eléctrico no necesita ser pequeña, ligera ni fácil de transportar, pero sí es esencial que sea barata, y capaz de operar de forma fiable durante años.



