Astronáutica
El Atlantis lanza un satélite y se prepara para el regreso
Evolucionando ya en solitario, el transbordador Atlantis afrontó las últimas órbitas previas a su retorno a casa. Su tripulación de cuatro personas revisó el escudo térmico y probó el estado de los sistemas de su vehículo.
Dado que durante su estancia en el espacio siempre es posible experimentar el impacto de algún micrometeorito o pequeño escombro, los transbordadores son revisados justo antes del aterrizaje, en busca de posibles daños en su esencial escudo térmico. Los astronautas unieron la pértiga OBSS al extremo del brazo robótico Canadarm y usaron sus cámaras y sensores para examinar, muy despacio, los bordes de las dos alas y el morro de la nave, las zonas que soportan más calor durante la reentrada atmosférica.
Los datos obtenidos (el examen se terminó a las 14:30 UTC del 19 de julio) fueron enviados a la Tierra y serían analizados por expertos durante la jornada siguiente. Si todo iba bien, se daría luz verde al regreso, en caso contrario la NASA debería estudiar qué hacer. En el peor de los casos, el Atlantis tendría que regresar a la estación espacial y su tripulación esperar allí hasta la llegada, dentro de varios meses, de naves de rescate Soyuz. No hay, naturalmente, ningún otro transbordador para efectuar esa tarea.
La operación de revisión marcó el final de la utilización del Canadarm en la historia de la lanzadera espacial. Se utilizó por primera vez durante la segunda misión (Columbia STS-2). Los astronautas Richard Truly y Joe Engle efectuaron entonces la comprobación de sus sistemas durante 10 horas. Durante la siguiente misión (STS-3), el brazo levantó, desplegó y recuperó a su primera carga útil, el Plasma Diagnostic Package.
Después del acostumbrado período de sueño, los cuatro astronautas del Atlantis se despertaron para su día de vuelo número 13 y recibieron el saludo del personal del centro espacial Kennedy. Su objetivo ese día sería revisar el estado de los sistemas de control aerodinámico de su vehículo (activando una unidad de energía hidráulica APU), así como de algunos de sus motores auxiliares, todo lo cual garantizaría una trayectoria óptima durante la reentrada y el aterrizaje.
También almacenaron varios elementos que ya no serían necesarios para el resto del vuelo. Por último, liberaron desde la bodega del transbordador un pequeño satélite experimental llamado PicoSat. El llamado Picosatellite Solar Cell Testbed-2 pesa 3,7 kg, pertenece a la USAF (ha sido fabricado por Aerospace Corp.) y transporta varias cámaras que fotografiarían al Atlantis durante la separación. Serían las últimas fotos del transbordador en el espacio. Además, el vehículo captará información técnica sobre el comportamiento de sus células solares, y maniobrará para corregir su órbita y para provocar una reentrada controlada, dentro de varios meses. El PicoSat fue la carga útil número 180 y última en ser desplegada desde un transbordador espacial.
Los astronautas, dedicaron finalmente unos minutos a contestar las preguntas de los periodistas, y a comprobar las comunicaciones con las estaciones de seguimiento.
La NASA anunció asimismo la nueva hora prevista para el aterrizaje en Florida el 21 de julio: las 09:56:58 UTC, con un encendido de los motores en la órbita 200, a las 08:49 UTC. En caso de retraso de una órbita, el aterrizaje ocurriría a las 11:32: 55 UTC.