Física
Calentar puntos clave del casco de un barco puede reducir la resistencia al avance derivada del roce con el agua
Se ha demostrado una nueva manera de reducir la resistencia al avance de los cuerpos sólidos a través del agua. Lo descubierto puede ayudar a la industria naviera a reducir el consumo de energía y las emisiones de carbono.
La investigación que ha desembocado en este hallazgo la han llevado a cabo expertos de la Universidad de Melbourne, en Australia, y de la Universidad Rey Abdullah de Ciencia y Tecnología, en Arabia Saudita.
El equipo de Derek Chan (profesor del Departamento de Matemáticas y Estadística de la Universidad de Melbourne) se ha basado en el efecto Leidenfrost, descubierto hace 255 años.
El efecto Leidenfrost describe el fenómeno producido cuando un líquido genera una capa aislante de vapor al entrar en contacto con una superficie sólida más caliente que el punto de ebullición del líquido.
En la nueva investigación se usaron filmaciones de alta velocidad para evaluar la resistencia al avance experimentada por esferas pulidas que se dejaban caer en un medio líquido. Los resultados indican que la resistencia al avance experimentada por la esfera se reducía casi al mínimo posible por medio de la creación de una capa aislante de vapor a medida que la esfera se hundía en el líquido.
El nuevo método para la reducción de la resistencia al avance tiene el potencial para reducir de manera significativa los costos energéticos de una amplia gama de aplicaciones, incluyendo el transporte marítimo y el bombeo con alta presión de líquidos a través de tuberías.
El sector naviero es el beneficiario potencial más obvio de esta tecnología, y sobre todo la marina mercante. El tráfico mundial marítimo de mercancías es enorme, por lo que cualquier ahorro energético en las flotas navieras fácilmente puede alcanzar valores muy altos a escala global.
Dotar del calor necesario a puntos clave del casco de un buque podría minimizar substancialmente la cantidad de resistencia al avance cuando el navío navega por el agua, reduciendo por consiguiente el costo del transporte y las emisiones de gases de efecto invernadero.
Antes de que este nuevo método para reducir la resistencia al avance pueda aplicarse comercialmente, habrá que resolver varios problemas técnicos, como por ejemplo el efecto del incremento del calor en la corrosión, pero el concepto es sin duda prometedor.