ClimatologÃa
El calentamiento global a largo plazo es mayormente artificial
Sobre la base de analizar cómo se enfrÃa la Tierra por sà misma después de un periodo de calentamiento natural, unos cientÃficos han realizado una investigación cuyos resultados confirman que la temperatura global no aumenta o disminuye de forma caótica a largo plazo por causas naturales. A menos que reciba influencias exteriores, deberÃa permanecer estable.
Las nuevas evidencias obtenidas por estos cientÃficos, de la NASA y la Universidad Duke, ambas instituciones en Estados Unidos, podrÃan finalmente ayudar a acallar la opinión de los escépticos de que el calentamiento global a largo plazo sucede de una forma impredecible, independientemente de efectos ajenos como la actividad humana.
Para el nuevo estudio, el equipo de Patrick Brown, de la Universidad Duke en Durham, Carolina del Norte, usó modelos climáticos globales y observaciones por satélite de la NASA del balance energético terrestre de los últimos 15 años. El análisis de todos estos datos le ha conducido a él y a sus colegas a la citada conclusión de que los ciclos climáticos naturales son insuficientes por sà solos para explicar el nivel de cambio observado.
Se asume que, mediante un mecanismo natural, una Tierra en proceso de calentamiento es capaz de restaurar, al menos hasta cierto punto, su equilibrio de temperaturas a través de cambios complejos en la atmósfera y en la forma en que se transporta el calor radiativo. Los cientÃficos atribuÃan desde hace tiempo esta estabilización a un fenómeno consistente en un gran incremento de la energÃa infrarroja que la Tierra emite mientras se calienta. Actuando como una especie de válvula de seguridad, esta respuesta crea una retroalimentación radiativa negativa que permite que se libere en el espacio una mayor cantidad de calor acumulado, a través de la parte superior de la atmósfera.
La nueva investigación, sin embargo, muestra que eso no es tan sencillo.
El nuevo análisis confirma que ese fenómeno que actúa a modo de válvula de seguridad juega un papel dominante en la restauración de la estabilidad de las temperaturas globales, pero para sorpresa de los propios autores del estudio, lo descubierto indica que tiende a verse superada localmente por retroalimentaciones energéticas positivas como consecuencia del calor atrapado, relacionadas con cambios en nubes, el vapor de agua, la nieve y el hielo.