El cambio climático por la acumulación de CO2 será gradual, no abrupto

Ha habido casos en la historia de la Tierra en que las temperaturas medias han cambiado con notable rapidez, algo que se conoce como cambio climático abrupto. Este tipo de cambio presenta variaciones tan grandes como 10 grados centígrados en el transcurso de unas pocas décadas. Algunos científicos temen que pueda volver a suceder lo mismo en la actualidad, teniendo en cuenta la gran velocidad a la que estamos cargando de dióxido de carbono la atmósfera.

Una nueva investigación da crédito a evidencias presentadas por otros estudios recientes, que sugieren que estos cambios climáticos abruptos parecen ser el resultado de alteraciones producidas en la circulación del océano que sólo se han encontrado asociadas con las eras glaciales.

Los gases de efecto invernadero podrían contar con otros mecanismos para causar un cambio climático abrupto, pero no hay, al menos por ahora, nada razonablemente fiable en el registro geológico que denote la acción pasada de tales mecanismos.

El equipo de David Battisti, de la Universidad de Washington, realizó modelaciones por ordenador para determinar las causas de los cambios del clima en un episodio de transformación climática simulado en ordenador. Este episodio imitó lo que se conoce como Eventos de Heinrich, durante la última edad de hielo, hace entre 110.000 y 10.000 años. Los Eventos de Heinrich provocaron que hubiera una enorme presencia de icebergs en el Atlántico Norte, desprendidos de glaciares.

Las simulaciones muestran que el súbito aumento en la cantidad de hielo presente en el Atlántico Norte refrescó al Hemisferio Norte, afectando incluso a la superficie del Océano Indico, lo cual redujo las precipitaciones sobre la India y debilitó al monzón de la India.


Battisti advierte que, si bien resulta improbable que el cambio climático inducido por las emisiones de CO2 sea abrupto, los impactos ecológicos del clima cambiante sí podrían serlo.

Cuando se extingue una especie clave, los ecosistemas pueden cambiar muy rápidamente. Por ejemplo, si un lento calentamiento seca más aún lugares que ya eran semiáridos de por sí, los incendios se harán más frecuentes, y ese aumento de los incendios forestales puede causar graves daños en el ecosistema local.